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Lo que el Señor puede esperar de mí
Cada vez que empezamos un nuevo año, reflexionamos sobre el año anterior, donde tal vez no actuamos con mucha nobleza como cristianos, considerando el poder infinito del que disponemos a través del Espíritu que mora en nosotros. Sin embargo, el hombre sabio aprende de sus errores, incluso de sus pecados. Si tienes un corazón confiado y te arrepientes sinceramente, puedes aspirar a ser una mejor persona en este nuevo año, sin mirar de nuevo atrás.
Cuando nos arrepentimos sinceramente, debemos comprometernos a un cambio radical y completo, asegurándonos de no caer nuevamente en errores pasados. Esto mismo pasa en Efesios 4:22-23. Cuando creemos en Jesús y le recibimos como nuestro Señor, nuestro Salvador, experimentamos una renovación en el espíritu de nuestra mente. Esta transformación es fundamental y cambia nuestra vida de manera significativa.
Así que hoy es una nueva oportunidad para volver a sus brazos y dejar la vieja naturaleza o los “malos hábitos”. Es un compromiso diario de no dejarnos llevar por nuestros viejos impulsos y deseos, sino a ponernos la nueva naturaleza que Dios nos da, a seguir la dirección del Espíritu Santo y a dejar que Él renueve nuestra manera de pensar.
¡Aceptemos el regalo de la salvación que Cristo nos da!
Oración:
Señor, hoy te pido que transformes mi manera de pensar, renovándome en ti cada día. Permíteme volver a ti. ¡Amén!