Es mañosamente contradictorio, parte hablando de los espacios de comunicación pública, al estilo del Ágora y los patios de conversación que los van cercando, poniendo dentro de cuatro paredes (plazas públicas cerradas) y hasta enrejándolos. Y pasa a tocar el punto de horadar e introducirse en la estructura sistémica (entropía) como si se tratase de la necesidad secuestrar la opinión a través del derecho a reunión para generar territorios autónomos por ejemplo apoyados en la dialéctica Española en relación a nuestra democracia desde el socialismo o desde el nuevo nacionalismo rupturista.