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Si nos faltaban males aquí está la pandemia, que no sirve para mejorar, sino que incluso sirve para perfilar más claramente nuestros males: se nota más que somos canallas. Cuando hay pandemia nuestras mezquindades se notan más. No es que se haga uno más mezquino: es que tu mezquindad se nota. En un foro donde deberíamos ser consecuentes, generosos, cuidadosos, bueno, somos egoístas: si hay un lugar lo queremos para nosotros. Queremos ganar cada vez más, aun siendo ricos. No hace falta que yo detalle las miserias humanas. Pero cuando hay una pandemia se hace más patente.
-¿Se sufre por amor?
-¿Y por qué otra cosa vamos a sufrir, siendo el amor una cosa tan importante y decisiva en la vida de las personas? Uno tiene que sufrir cuando viene la carta equivocada. Creo que es un estado de sufrimiento, el más intenso posible, muy parecido al sufrimiento ante la muerte de un ser querido. Es una soledad parecida. Hay quienes sufren menos; decía Macedonio Fernández que había placeres de juguetería y de ferretería, y había dolores de juguetería y de ferretería. Y dice que el que tiene deberes de ferretería puede ser que también tenga placeres de ferretería. Pero el que tiene solo dolores de juguetería, el que no es sensible, el que no tiene la piel suficientemente fina como para sentirse dolorido por las cosas que pasan en el mundo, tampoco ese puede aspirar a los grandes placeres. ¿Cómo es? ¿No te anotás para los dolores y ahora querés placeres de ferretería? No. En ese caso, creo que corresponde a su pregunta: se sufre por amor siempre y cuando seas sensible a los sufrimientos. Sufrir por amor es muy parecido al sufrimiento ante la muerte de un ser querido.