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Hace rato me vienen pidiendo un testimonio después de los cursos de formación. Así que he decidido hacer este pequeño vídeo y contar mi historia. No creo en el amarillismo, por lo tanto no soy demasiado explícito en cada etapa ni pecado, pero sin embargo he querido mostrar heridas en las que el señor se ha hecho presentes se ha manifestado, ha sanado y a mostrado su gloria, convirtiéndolas en mi ministerio, y en la razón por la cual amo la teología del cuepro, y creo que es fundamental para nuestros tiempos.
Nunca olvides que tu herida puede ser tu ministerio, y puedes ayudar a otros a levantarte de los mismos huecos y miserias en los que alguna vez tú estuviste. Siempre lo he dicho y lo diré, la razón por la que amo la teología del cuerpo, no es por mero conocimiento, ni raciocinio (aunque es un gran instrumento) la razón por la que la amo, es por que salvo mi vida, me devolvió mi identidad y de la misma manera se que lo puede hacer con todo el que se acerque a esta, con un corazón dispuesto y receptivo.