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Y SI LA VIDA FUERAN UNAS VACACIONES…
Vacaciones, del latín “Vacatio”, estar vacío. Son días estos en los que muchos/as salimos de estampida en busca de un descanso merecido y esperado durante todo el año. Pero, ¿realmente aprovechamos ese espacio de vacío para regenerarnos? ¿Es posible llegar a él ya regenerados y convertirlo en un paréntesis no de descanso sino de crecimiento íntimo?
Todos los días pueden y deben ofrecernos un pequeño intervalo vacacional en el que poder estar con nosotros vaciarnos del ruido de lo cotidiano y conectar con ese pequeño “Yo” que vive aparcado durante demasiado tiempo en el año. Esperar a que llegue el verano para disfrutar de unas vacaciones es arriesgarnos a llegar a ellas agotados, sin energía, al límite.
Hoy os proponemos hacer de las vacaciones una presencia continua en nuestras vidas e intentar, dentro de las posibilidades de cada uno, darle la vuelta al enunciado y sustituir “Vivir la vida esperando a las vacaciones” por “¿Y si la vida fueran unas vacaciones?”.