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El Barça afrontó el partido de vuelta de la Supercopa de manera muy diferente al de ida, una semanita antes. Si en el Sánchez Pizjuán cuatro jugadores del filial fueron titulares, en el Camp Nou los dos únicos convocados, Thiago y Jonathan, fueron dos de los descartados. Guardiola ponía casi toda la carne en el asador. Un once titular de lujo y un banquillo con jugadores como Puyol, Iniesta, Ibrahimovic o incluso los dos únicos fichajes de la temporada: Adriano y Villa.
Y desde el primer minuto vimos al Barça de estos últimos años. Dijo el balón es mío y el Sevilla se tuvo que conformar con irlo persiguiendo. El disparo de Messi a los 6 minutos que salió alto, fue el primer aviso de lo que le esperaba a Palop.
En el minuto 13 llegó el primer gol. Jugada individual de Pedro por la derecha, con centro dentro del área y autogol de Konko al intentar despejar el balón. Se abría el camino a la victoria y la tónica del partido no cambiaba. El Barça dale que dale. Posesión del balón, juego en el campo del Sevilla y esperando que cayeran más goles.
Dos jugadas de Bojan (21 y 23') con disparos que salieron fuera por poco fueron el anticipo del segundo gol de la noche. Pase de lujo de Xavi para Messi, que entra dentro del área, sin tocar el balón despista a Palop y cuando el portero sevillista ya caía, dispara al fondo de la portería.