Recuerdo la primera vez que escuché esta canción. Habíamos bajado a Madrid para despedir a un colega. A la salida comenzó a sonar esto y se me hizo una bola en el estómago, por la manera en que Madrid se extendía de madrugada a un costado. Una sensación de desánimo imaginando lo complicadas que serían las vidas de tantas personas. Me pareció y me sigue pareciendo un tema tocado por una varita 10 años después.