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Hace 19 años, las vidas de Svetlana Korniienko y Francisco Ramón Domínguez se cruzaron cuando la primera ejerció de traductora en el proceso de adopción de los dos hijos del segundo, Ramón y Anastasia. Ese vínculo se mantuvo intacto a través de los años y el 24 de febrero de 2022, cuando estalló la guerra en Ucrania tras la invasión de Rusia, Francisco no dudó en intentar ayudar a Svetlana y su familia a huir.
Junto a sus hijos María y Denis, y habiendo tenido que dejar en Ucrania luchando a su marido y su hijo mayor, inicia una nueva vida en Madrid, con solo tres maletas. Hoy observamos cómo es este proceso de adaptación entre estas dos familias, donde cuatro adolescentes aprenden a convivir.
"Nos estamos intentando adaptar todos, para que estemos cómodos y que cada uno tenga su propio espacio personal", explica Anastasia, la hija mayor de esta familia madrileña, que reflexiona sobre qué hubiese pasado si no se hubiera llevado a cabo la adopción. "Me siento una persona muy afortunada", explica esta joven. "He visto que Europa es la Europa que me hubiera gustado conocer hace mucho tiempo, es una Europa solidaria", explica Francisco.
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