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La artista Eva Soriano ha dicho adiós a sus gafas en Clínica Baviera. Conoce su testimonio.
“Hola, soy Eva Soriano y he dicho adiós a las gafas en Clínica Baviera.
Empecé a notar que necesitaba gafas muy de pequeñita porque mi miopía no me viene por un uso de pantallas, sino que me viene de herencia. Toda mi familia son topos y hemos tenido miopía desde que éramos pequeños. Yo recuerdo que, con 9 años, le dije a mi madre que no veía de lejos. Y mi madre con unas gafas enormes me dijo: Sí, hija, sí. Bienvenida a la familia.
Me decidí a operarme en Clínica Baviera porque mi santa madre, la Asunción, era muy muy miope y cuando yo era pequeña, como con 34 años o así, cuando tuvo a mi hermana, lo pasaba realmente mal cuando iba a la playa y no nos veía. Mi madre se operó y cuando se operó, hace como unos 20 años, se operó en Clínica Baviera. Yo dije, si la mama, en principio, ve y sabe quién somos cada una, eso significa que la operación ha ido guay. Así que yo me decidí a ir a Clínica Baviera un poco también por herencia familiar.
Básicamente la recuperación ha sido un día de estar en casa, porque el doctor te dice que te quedes en casa y que hagas reposo para que no estés con pantallas y que el ojo vaya poquito a poco, pero al día siguiente recuerdo levantarme y ver guay. Al día siguiente de la cirugía yo ya estaba haciendo mi vida normal.
Recuerdo que, cuando entré en el coche para volver a casa, ya veía las matrículas, que eso me parecía un sueño. Yo siempre he querido denunciar a gente con el coche y no veía la matrícula. Cuando eres miope durante tantos años y te das cuenta de que no llevas gafas ni lentillas y estás viendo a un niel que no has visto en tu vida, hubo un punto en el que me emocioné, yo que no me emociono mucho.
La diferencia es que, como yo tenía miopía, cuando me quitaba las gafas, de cerca leía y veía guay y ahora no tengo la necesidad de moverme, de quitarme nada… Sí que es verdad que se me han quedado tics… De repente, como veo bien, estoy viendo la tele y hago así (se sube unas gafas imaginarias). O el otro día fui a quitarme las lentillas al baño… Sigo hablando de mí como una miope y yo ahora ya no soy miope. Ahora tengo que intentar aceptarme tal y como soy. Hablar desde la comprensión miopil, pero sin ser parte de ella. Tengo que intentar adaptarme a esta nueva vida que me ha brindado Clínica Baviera.
Me parece que lo que define perfectamente a la cirugía es… magia. Porque tú entras con una cosa y sales con otra. Es el truco del conejo que sale de la chistera. Yo antes no tenía ojos. Quiero decir, no tenía ojos que vieran al 100%. Ahora sí.
Más información: www.clinicabaviera.com