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Despertar, apogeo repentino, crisis, vaivenes, larga agonía, resurrección y comunión permanente. Una paleta de estados posibles y de sensaciones con gusto a la amistad que trae la reconciliación hicieron de este presente de Halloween una banda unida a prueba de conflictos y separaciones. Y toda esa paleta de sentimientos encontrados se hicieron presentes ayer en el 15° show de la banda, esta vez en el Luna, para presentar su disco homónimo del año pasado, una bomba que los resucitó gracias a la vuelta de Hansen y Kiske, afianzados desde el 2017. Más allá del desborde de virtuosismo, de las canciones cantadas a dúo y hasta en modo trío cuando al mismo Hansen le tocaba hacerse cargo de la voces ("How Many Tears" o el medley "Metal Invaders / Victim of Fate / Gorgar / Ride the Sky") la enorme historia de las calabazas más famosas fue reconstruida en el escenario con todos sus protagonistas a bordo.
Un show con mayúsculas porque la banda sonó como un delicado mecanismo de relojería culpa de su ADN teutón pero a la vez con una paz, relajación y alegría que sólo la madurez y la camaradería que el pasado pisado les pudo traer. Quizás uno de los poquísimos aspectos que puedan reprochársele al show fueron los largos pasajes instrumentales a los que le sobraron algunos minutos. En todo caso, ese punto débil fue largamente compensado por el binomio Kiske/Deris, tan complementados y espontáneos en el escenario que cualquiera podría afirmar que fueron separados al nacer. Ambos, además, comparten un registro vocal tan semejante que apenas puede haber sutilezas distintivas entre uno y otro; quizás pueda decirse que Kiske sea más prolijo y Deris un tanto más despeinado y 'crooner' al micrófono pero las diferencias son tan pocas que los adjetivos pueden intercambiarse según el tema que les toque cantar.
Diferencias más, diferencia menos, Halloween demostró que sus etapas, cambios, alteraciones e idas y venidas, lejos de haberlos atomizado o debilitado, convirtieron a la banda en la reina indiscutible del estilo power, que honra en cada una de sus poderosas presentaciones aquel refrán que reza que "lo que no te mata, te fortalece".
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