¡HEROICA REMONTADA DEL ATLÉTICO DE MADRID EN PENALTIS! Así te narró la tanda Miguel Martín Talavera

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4 ай бұрын

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El Atlético de Madrid vuelve a ser equipo de cuartos en Champions. Qué manera de sufrir, dicen de este equipo, que sin duda ha hecho sufrir a los suyos en un Metropolitano de récord. Sufrir, gritar, cantar y enloquecer cuando, en el 87 Depay ha anotado el tanto que colocaba el 2-1 final. Un enorme Oblak deshizo su particular maldición con los penaltis, detuvo dos lanzamientos y Lautaro puso el decisivo en la grada del estadio. Qué manera de sufrir, pero qué manera de ganar. El 13 de marzo pasará a la historia como una de esas noches que hacen afición en el club rojiblanco.
El Metropolitano empujaba con una grada embravecida que hacía honores a las mejores noches de fútbol del Vicente Calderón. Y los del Cholo querían responder y corresponder. Eso sí, el reto no era pequeño y en los primeros minutos, aunque el Atlético activó a Sommer con un Samu Lino enchufadísimo, la sensación de peligro del Inter a la contra era latente. No necesitaban mucho los de Inzaghi y Oblak dejaba una gran doble actuación ante Dumfries, todo ello antes del primer cuarto de hora. Los italianos, sabedores de que un sólo gol no es ventaja suficiente, se emplearon con éxito en sendas carreras de los carrileros, con una gran facilidad para superar líneas de presión y amenazar el área atlética.
El combate era reñido, con los dos púgiles dándolo todo sobre el campo. Cada vez que la balanza se inclinaba hacia un lado, un golpe de peligro volvía a igualar las fuerza. Pero el Inter no quería que el duelo llegara a los puntos, y en otra gran jugada combinativa a la contra, encontraba a Dimarco sólo en el centro del área para batir a Oblak. Pero el Atlético no es equipo de mandíbula frágil, y un recién recuperado Griezmann tardaba sólo dos minutos en volver a encender al estadio, cazando un balón filtrado al área pequeña con una media volea. Balón bajo el brazo, saque de centro y a seguir.
En el segundo tiempo, Sommer se volvió a emplear para evitar un tanto de Griezmann que la grada ya gritaba. Era el momento para el Atlético, antes de que el físico flaqueara y las contras del Inter se volvieran una amenaza aún mayor. El partido se desactivó durante los siguientes minutos, pero el Atlético necesitaba recuperar la chispa para evitar la eliminación. En el 75, Simeone apostó por Depay en punta para intentar darle frescura a su ataque. Y fue un acierto, porque si algo sabe hacer el neerlandés es marcar goles claves para su equipo en momentos de necesidad.
En el último latido del partido, Riquelme la tuvo, Roro pudo evitar la prórroga en una contra con superioridad rojiblanca. Sin embargo, el disparo del '17' se marchaba justo por encima del larguero de Sommer, y la prórroga en un Metropolitano estaba servida. El Cholo se fundía en un abrazo larguísimo con Riquelme durante la piña previa al tiempo añadido. La conjura rojiblanca estaba hecha, habían completado el primer objetivo.
La prórroga fue más sufrimiento que fútbol, los dos equipos pudieron jugar más y proponer más, pero las piernas no daban para ello y los 22 hombres se consagraron a la tanda de penaltis.