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Herrada reside en nuestro país desde 1950. En 1975 inicia estudios textiles en el taller de Joan Wall: cursos con Luis Negrotti y Emilio Renart.
En sus investigaciones, del tejido tradicional pasa a la escultura blanda. Desde el 2000, sus trabajos tienen soporte metálico y fibras diversas y su obra se hace más conceptual.
Realiza muestras nacionales e internacionales y recibe numerosos premios destacados a lo largo de su vasta trayectoria. Entre algunos premios destacados que recibe en la disciplina Arte Textil: Segundo Premio Adquisición VIII Salón Municipal de Tapiz el Konex de Platino (2001), el Primer Premio del Salón Nacional (2001) y el Gran Premio de Honor (2002), ha pasado desde el tejido tradicional hasta la constante investigación con materiales diversos no convencionales.
Once fragmentos constituyen Aguas rojas para una batalla, 1982. Son formas orgánicas que hacen referencia a dos guerras como la Guerra Civil Española y la Guerra de Malvinas. En 1983, mientras tenía lugar el conflicto, lo expone por primera vez en el Salón Municipal. Es una obra personal en su concepción y sumamente significativa para la autora.
Este trabajo presenta una serie de características propias de Herrada como es su potente color y la utilización de tradiciones textiles junto a una composición de carácter contemporáneo.
Según esta artista, el desarrollo de la ciencia y la tecnología, ha ido invalidando nuestro concepto de ver y hacer arte de una sola manera. La vida según nuestras vivencias, nos va moldeando y reestructurando; los artistas revelan la dinámica de cambio de la realidad que se manifiesta en el arte actual con una diversidad de códigos.
Sus obras y el material que elige también se modifican. Las fibras estuvieron siempre en sus trabajos con mayor o menor presencia. Fibras blandas tejidas primero como lana, formio, crin, tela. Fibras rígidas después como el alambre, cables de acero, chapa de hierro, entre otras.