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Al pasar estos años los Redentoristas construyeron un monasterio y la iglesia de San Alfonso. Al investigar los hechos ocurridos en la desaparecida Iglesia de San Mateo se percataron de la existencia de dicha pintura. Por lo que al darse cuenta el Santo Padre de los hechos, ordeno la instauración de la imagen en la Iglesia de San Alfonso.
Por fin su deseo de ser venerada por todos aquellos que lo desearan llego a su destino. Hoy en día, la devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro se ha difundido por todo el mundo. Construyéndose iglesias y santuarios en su honor, así como archicofradías. Su imagen es conocida y amada ampliamente en el mundo.