“Historia del guerrero y la cautiva” de Jorge Luis Borges - por Jorge Marzetti

En la página 278 del libro La poesía (Bari, 1942), Croce, abre­viando un texto latino del historiador Pablo el Diácono, narra la suerte y cita el epitafio de Droctulft; éstos me conmovieron singularmente, luego entendí por qué. Fue Droctulft un guerrero lombardo que en el asedio de Ravena abandonó a los suyos y murió defendiendo la ciudad que antes había atacado. Los raveneses le dieron sepultura en un templo y compusieron un epitafio en el que manifestaron su gratitud (“contespsit caros, dum nos amat ille, parentes”) y el peculiar contraste que se advertía entre la figura atroz de aquel bárbaro y su simplicidad y bondad:

[@joaquinlabate6724]

Borges sos mí rayo de genio en un mundo que no me comprende

[@gloriapenrozrousseau2105]

todo lo que dice Borges es interesante y único. Le siento como un paisaje pintado de colores pastel, delicado y bello. Gracias por leerlo con la voz pausada que llega al corazón.

[@bettyramirez1979]

Muy bien esas pausas, esas reiteraciones. Así hay que leer (saborear) a Borges. Así (y a quién le importa) leo a Borges.

[@lussamLA]

Fantástico!

[@raquelkorol6525]

Gracias, Chacho!

[@joaquinlabate6724]

Un espejo monstruoso del destino

[@joaquinlabate6724]

Borges Borges Borges

[@lautarobrollo4179]

Hola