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¿Estás en la recta final del embarazo? Te explicamos la experiencia real del parto y posparto de dos de nuestras pacientes. Cada año el Área de la Mujer asiste más de 3.200 partos.
La maternidad del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona da respuesta a todos los casos, incluidos los de más complejidad. Tenemos, además, una Unidad neonatal de referencia. Nuestros especialistas te acompañarán e informarán en esta etapa de tu vida y en el inicio de la vida de tu bebé.
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En este video, te explicamos la experiencia real del parto y posparto de dos de nuestras pacientes, Ainara y Ariana. Una de ellas tuvo un parto normal (natural, de hecho, de bajo riesgo). La otra madre, gestante de gemelos, vivió una experiencia de un parto de riesgo. Con los bebés ya en el hospital nos explican su experiencia.
La llegada al Hospital Sant Joan de Déu
Ainara estaba mentalizada de que quería parto natural, probar si podría hacerlo. En este caso pudo escoger si quería la epidural o no. También pudo hacer la dilatación en el agua, gracias a las instalaciones renovadas del Hospital Sant Joan de Déu.
Ariana, en cambio, se encontró mal antes de dar a luz a sus gemelos. Una amiga suya, enfermera, le aconsejó que fuese de inmediato al Hospital Sant Joan de Déu. Aquí recibió una atención rápida para reducir el riesgo. La bolsa estaba fisurada y los bebés iban a nacer ese mismo día, si no había cambios.
El momento decisivo del parto
En el momento de dar a luz, Ainara reconoce que tuvo más nervios que miedo. Le preocupaba especialmente si iba a aguantar el dolor. Sin embargo se tranquilizó al ver que ella podría elegir bastante cómo iba a ser el proceso del parto de su hija. La comprensión y acompañamiento de las comadronas, que la ayudaron a prepararse para un parto largo, la ayudaron a mantener las fuerzas durante el proceso.
Ainara estuvo casi 12 horas en la sala de partos pero relata que el equipo fue flexible. “En todo momento me explicaron cómo tenía que respirar, empujar, y eso me tranquilizó bastante”, concluye la madre.
En el caso de Ariana, le explicaron que si se ponían de parto antes de la semana 32, podrían intentar el llamado parto diferido que era que si tenía a uno de los bebés se intentaría frenar el proceso para dejar al otro dentro (el de menos peso) para que se beneficiase de más tiempo de gestación. Sin embargo durante el parto no fue posible frenar el proceso y los dos hermanos, Nico y Biel, nacieron finalmente a la vez.
La madre de los gemelos reconoce que en ese momento estaba asustada, ya que un parto prematuro no es lo idóneo. Sin embargo, la contención del equipo médico, la monitorización constante de la mamá y los bebés y la información sobre lo que sucedía la ayudaron a estar tranquila, a pesar de la situación. Ariana asegura que se sintió muy apoyada por el equipo médico, de enfermería y las comadronas.
Los primeros minutos con el bebé
Cuando la hija de Ainara nació, en seguida la pusieron encima de la mamá. La limpiaron mientras la tenía encima, para mantener el contacto piel con piel, e incluso le cortaron el cordón mientras la niña estaba con su madre.
Cuando la familia subió a la planta de maternidad pudieron disponer de una habitación con intimidad y apoyo enfermero, donde la prioridad es que la familia aprenda por sí misma cómo tratar al bebé. “Fue todo tal y como lo escogí, todo fue rodado” explica Ainara, que asegura que este es su primer bebé pero si tiene más volverá a hacerlo en el mismo hospital.
En el caso de los gemelos, la etapa posterior al parto fue muy distinta. Los pequeños fueron directos a la Unidad de Neonatología del centro donde los padres tienen acceso las 24 horas del día. Empezó la etapa del llamado “método canguro”, es decir, el método piel con piel de los papás con los neonatos.
Para Ariadna, la mamá, en este caso ha sido reconfortante (además de positivo para los bebés) poder realizar la lactancia en la sala. Además del tiempo que pasa con los gemelos, esta nutrición es la más adecuada para ellos. “Estoy encantada, no podría haber elegido otro hospital donde ir”, resume Ariana, emocionada.