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Autor: Washington Carrasco y Oscar de Monte
Intérprete: Los Carreteros
El 18 de Mayo de 1811 las Fuerzas Orientales al mando del teniente coronel José Artigas quedan frente a frente con las tropas virreinales al mando del capitán de fragata José Posadas. Artigas, mostrando una comprensión de la situación mucho mejor que la de su oponente lo ataca con la infantería, pero al mismo tiempo lo encajona en su retirada con su caballería, mientras las fuerzas al mando de su hermano Manuel Francisco Artigas le cierra la salida hacia sus refuerzos en Las Piedras en un doble envolvimiento novedoso en esta región.
El escritor patriota Carlos Anaya, testigo de los hechos, describió así la batalla: “Las fuerzas patrias avanzaron en desorden, toda compuesta de caballería, rodearon a la distancia los cuadros del enemigo y el piquete de Patricios echó pie a tierra haciendo, un vivo fuego de fusilería contra los españoles, pero sufriendo algunas vidas. Entre tanto se vieron rodeados por todas partes a la inmediación que, llevándole el terror, entraron en confusión sus cuadros y casi no tuvieron tiempo a rendirse. Todos fueron tomados prisioneros de guerra ignominiosamente, los que no habían mordido tierra que insultaban. Fusiles, cañones, municiones y bagajes, todo quedó en poder del Vencedor.”
Artigas fue magnánimo con los vencidos, a Posadas le prometió respetarle la vida en caso de rendirse. Cuando así lo hizo, no recogió el sable del capitán realista. Como tributo a su hidalgo respeto envió al capellán Valentín Gómez a recoger como objeto sacro aquella espada. Pero Artigas no estaba dispuesto a repetir los excesos de los porteños. En la Banda Oriental no hubo fusilamientos sumarios, que mancharan de sangre el honor de los vencedores. El jefe de los orientales siempre respetó la vida de los vencidos. La Batalla de Las Piedras fue la primera victoria de los revolucionarios y un hito clave para la emancipación del dominio español.