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En el otoño de 1631, los buques insignia de la Flota de la Nueva España fueron devorados por el mar. En algún lugar del Golfo de México se encuentran los restos del Santa Teresa y Nuestra Señora del Juncal. Sólo algunos tripulantes y pasajeros del Juncal lograron sobrevivir y dejar testimonio de los últimos días del navío y su tragedia final. Casi 400 años después investigadores mexicanos, apoyados por colegas extranjeros buscan descifrar la incógnita de su ubicación y devolverles su historia. Esta es la crónica de la investigación y campaña de mar efectuada por el INAH a bordo del Buque Oceanográfico Justo Sierra de la UNAM en la primavera de 2012