Es absolutamente admirable la capacidad didáctica de alguien que puede enseñar esgrimiendo esa cuestión de no transmitir saber sino compartir la emoción de enseñar eso que vibra en él como parte del saber. Kovadloff es la imagen más clara que tengo de un verdadero filósofo de difusión. Arturo Andrés Roig ha sido uno de los grandes, pero quedó atrapado por su época. Fantástico querido profesor Santiago