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Nunca pensé que podía conocer las Islas Malvinas, un destino lejano y extraño, a pesar de la cercanía geográfica y de lo cerca nos toca a los argentinos en el pasado. Un crucero que recorre el Atlántico y Pacifico Sur lo hizo posible. Los días previos entre Puerto Madryn y las Islas nuestros ánimos comenzaron a luchar contra las expectativas estar a las puertas de un momento único que podría no serlo, debido a que no siempre se puede desembarcar en este destino por el clima, vientos con olas muy grandes nos azotaron la noche anterior pero la suerte hizo que calmara el mar al momento que llegó a Puerto Argentino (llamado por nosotros y una parte de sud américa, Puerto Stanley para los mapas del mundo). Las embarcaciones de calado profundo no pueden llegar al puerto, se anclan en la bahía, llevan los pasajeros en los botes hasta el puerto. Nos resultaba difícil administrar el día en las islas, a las 8:30 te dejaban los primeros botes y a las 17 todos a bordo, debíamos elegir entre las diferentes excursiones, tomamos la decisión de conocer el Cementerio Darwin (en la punta opuesta de la isla soledad) significaba pasar poco tiempo en la ciudad pero era la decisión más sentida, el bus que nos llevaba a esta excursión se llenó con los pocos argentinos que viajaban en el crucero, una mujer chilena era la guía del viaje, siendo ciudadana y sumando 3.000 habitantes (no militar) en todo el territorio cuando el 85% se concentra en puerto argentino… “argentino” suena irónico porque de los 9 puertos del viaje fue para el único que necesitábamos tener Pasaporte, también consulté si podía tomar imágenes con un Dron, solo me autorizaron en puerto Stanley y pradera del ganso (estancia que se encuentra adyacente al cementerio Darwin) lo demás no se permitía por cuestiones militares. En cuanto a la ciudad todo se distribuye a lo largo de la avenida costanera Ross Road. Allí están los dos hoteles principales, el supermercado, la estación de policía, el banco, la estación postal, las dos iglesias (protestante y católica) y paralelos los bares más populares: Globe Tavern que es amigable y el Victory que no es tan aconsejable para argentinos. Allí se juntan colonialistas intransigentes nostálgicos y vigentes, y su colonialismo antiargentino sube conforme a la gradación alcohólica.
Resultaba raro subir el colectivo al revés, vértigo te daba ver que de frente por la izquierda te aparece un Land Rover, vehículo 4x4 ingles preferido por los isleños, ya que en muchas partes no hay ruta y se maneja a campo traviesa, además porque gran parte del año se encuentran cubierto por la nieve. Tras una hora de viaje guiada mostrando algunos montes donde fueron campos de batalla y por más de 20.000 minas que están sembradas a la vera de la ruta (actualmente una empresa está desactivando una por una, tarea que les va a llevar años) se observa la Gran base militar de Mount Pleasant donde se ve veía a lo lejos grandes hangares y personas ejercitándose, aquí también se encuentra el aeropuerto internacional. Luego de 2hs llegamos al extremo oeste de la isla, allí se encuentra Goose Green (pradera del ganso) es una estancia que cuya actividad principal es la esquila de 90.000 ovejas, y pegadito el Cementerio de Darwin que lo mantiene Sebastián Socodo (uno de los pocos argentinos en la isla). En el viaje pasamos por lluvia y agua nieve, el viento nunca cesó. Allí utilizan una frase que dice “si no te gusta cómo está el día espera 5 minutos” debido a lo cambiante que es el clima, en una hora pueden pasar las 4 estaciones del año. Al vivir eso es imposible no ponerse en la piel de esos pobres chicos que tenían que refugiarse contra todo este frio y a la vez ponerles el pecho a las balas inglesas, a los cuchillos y a los bombardeos. En la cima de una colina llegamos a Darwin, nombre que remite a la evolución humana, es aquí el sitio de nuestro cementerio, Argentina Cemetery, el de nuestros muertos. Cada tumba tiene un rosario invariablemente agitado por el viento. La mayoría de ellas son anónimas y sobre un mármol negro puede leerse “Soldado argentino sólo conocido por Dios”