Con una vida rodeada del rancho y los caballos, Jesús Uriarte se acercó a la música desde que estaba en la secundaria, y junto a su plebada, pasó de cantar en agrupaciones como Los Nuevos Estudiantes y M4, a ser compositor y convertirse en el Jesús Uriarte que conocemos hoy: el que canta arriba de un cuaco y el que sabe que es una bendición convertir en realidad lo que un día solo fueron anhelos.