Joaquín TURINA: RAPSODIA SINFÓNICA Op.66; para Piano y Orquesta de Cuerdas (1931) [Vídeo-Score]

Interpretación: Isidro Barrio (piano) & Orquestra de Cambra de L'Empordà
[Grabación efectuada en Mayo de 1998; Localidad no especificada, Figueres-ESP]
Joaquín Turina Pérez (Sevilla, España 09/XII/1882 † 14/I/1949 Madrid, Ibídem)
Según el anecdotario, alrededor del año 1929 proyectó Joaquín Turina el escribir una especie de 'Sinfonía Concertante' que viró totalmente en sus intenciones, debido a que los Editores de la música de Turina (la Unión Musical Española) le obligaron apegarse a los lineamientos de su miope contrato, el cual le solicitaba componer obras relativamente breves y de escasas complicaciones, con el fin de ser lo menos gravoso para los editores en caso de no obtener la aceptación y regalías deseadas.
El resultado final fue, pues, esta RAPSODIA SINFÓNICA, perfilada para orquesta de cuerdas con piano solista, correspondiente al 'Opus 66' dentro del catálogo compositivo de Turina. Empleando los apuntes de su idea primigenia, la escritura de esta obra abarcó según el manuscrito del compositor, desde el 1 de junio al 13 de julio de 1931, firmado en Madrid. La obra fue dedicada por Turina a su discípulo, el pianista Antonio Lucas Moreno (1900-1973), quien la estrenó el 2 de mayo de 1934 junto a la Orquesta Clásica de Madrid bajo la conducción de José María Franco.
La obra, en estricto sentido, no es del todo para piano solista, pues también funge por momentos como acompañante; más correcto es considerar al piano en su rol como 'concertino' en diálogo con el conjunto instrumental. La forma musical aplicada a la misma es, tal cual su nombre indica ('Rapsodia' significa algo así como 'libre, y sin forma'; los Rapsodas, los poetas de la Grecia Clásica -a quienes Platón con mucho gusto los expulsaría de La República).
En realidad está dividida en dos partes bien definidas. El primero es un 'Andante' de vigoroso genio con exuberantes contornos en la sección de cuerdas (la apertura en Mi bemol mayor, muy envolvente, da una atmósfera de gallardía a toda esta parte); la segunda es un 'Allegro vivo' de osado talante, especie de baile andaluz (quizás, una bulería) y remedo de cantaor flamenco; en esta parte la escritura para el piano se asemeja al modo rústico de una guitarra.
El desenlace es, en efecto, una obra poéticamente fina, españolista en su estética, bien concisa y entretenida; degustable y agradable para el oído lego, aunque si hay algo objetable para un criterio instruido, sobre él dejó escrito lo menester Adolfo Salazar:
'Joaquín Turina marchó a París, desde Sevilla [...] y de su españolísmo ficticio, entonces en boga en los salones [...] el talento de Turina, simple y directo en su inspiración y en sus realizaciones, con el concepto de una técnica elevada [...] Turina no escribió durante toda su vida más que imaginando cuadros pintorescos, que penosamente alcanzan la dimensión de un friso sinfónico (a la manera de los de Sorolla en la Hispanic Society de New York)' {sic.}
« Adolfo SALAZAR: LA MÚSICA ORQUESTAL EN EL SIGLO XX; FCE México 1956, página 33 »

[@pepep5054]

Turina ha sido casi menospreciado, no imagino porquë ... me ha gustado mucho esta obra. Gracias por compartirla.

[@zvillano_musik]

Aquel prejuicio que pesa sobre la obra de Turina obedece a que fue contemporánea a la de Manuel de Falla; ambos compositores muy diestros y competentes sin duda. El asunto es que mientras de Falla son bien conocidas sus obras más depuradas y serias (y que suelen ser interpretadas de vez en vez), en este rubro la fortuna ha sido injusta con la obra de Turina. Espero subir más música de él al Canal.