JORGE DE LOS SANTOS: "EL ARTE ACTUAL Y SU (IM)POSIBLE ACONTECIMIENTO"

[@rolandovera5261]

Magnífica exposición, es verdad, la corrupción,mercantilismo y la fútil vanidad han distorsionado el sublime acto de percibir y disfrutar el arte.Saludos.

[@albertosenda1267]

Lo primero que debo decir es que esta iniciativa de ejército filosófico no sólo me parece excelente sino indispensable, dado los tiempos que corren. Sin embargo, para que exista un verdadero diálogo o debate filosófico creo que deberemos involucrarnos más los oyentes, que exista un verdadero feedback donde no exista unos emisores y receptores puros y nuestra tarea como oyentes sea simplemente dar la enhorabuena a los que dejan aquí su discurso, pues dudo mucho que ésa haya sido su verdadera intención. Por eso animo a tod@s l@s que hasta aquí se acerquen a compartir sus propias reflexiones. Yo dejaré las mías a continuación: Nuestro deber como artistas es dotar al arte de diversidad y alejarnos en la medida de lo posible de esa homogeneidad "unisex" y estadística que propone la mayor parte de la industria del espectáculo (mal llamada industria cultural, apropiándose del término acuñado por Adorno y Horkheimer), la cual toma al conjunto de los humanos como una masa demasiado aglutinada que no conviene poner a levedar, un arte que no profundiza en ninguna senda, y que deseando llegar a todos no acaba nunca de calar realmente en nadie, una arte que se consume (sí, se consume; y eso es lo verdaderamente trágico) casi tan rápido como se olvida, un arte de metro, de sala de espera (sin esperanza, como dice la gran canción de Sabina). El hecho de que exista este arte de consumo tampoco tiene en sí nada de malo, el problema es la sobreabundancia hiperplásica de esta clase de artistas y consumidores de arte que padece nuestra sociedad. Es como si muchos de sus miembros se hubiesen conformado con haber llegado a los últimos cursos de primaria o a los primeros de secundaria de esa gran escuela emocional e intelectual que es la vida, desdeñando las emociones más puras, a los mejores intelectos, ciertas utopías y algunos de sus más interesantes atavismos. Sin embargo, si además de entretener deseamos inmiscuirnos o participar en ese pequeño grupo que trata desde diferentes ámbitos y con diversos medios y métodos de tratar de mejorar a esta sociedad tan necesitada de remedios, vamos a tener que dirigirnos a un público más amplio y de mayor amplitud de miras. Y como toda escuela comienza por el parvulario, los niños deberían ser uno de nuestros principales receptores, pues al fin y al cabo si alguien va a lograr algún día redirigir toda esta debacle, toda esta corrupción, violencia y escuela de psicopatismos y banalidades en la que se han convertido las dictaduras y cleptocracias modernas, esos serán los niños de hoy; pues si ellos no cambian, no conseguimos que cambien, habremos renunciado a los niños del mañana, encaminándonos de esta forma al abismo más profundo. El problema es que el arte destinado a la infancia no goza de prestigio, se le considera un arte menor y por ello muy pocos artistas toman esta vía y dejan a los niños prisioneros de la industria del espectáculo en su sentido más chabacano, privándolos de unas necesarias clases magistrales de Ética y Estética cuando más receptivos son ella, abocándolos de esta manera al abismo del esplín desde la misma aurora de sus vidas. Otra opción es dirigirse a ese grupo de jóvenes que han sido últimamente tan apartados del contacto artístico como los niños. Me estoy refiriendo a esos jóvenes que no se conforman con quedarse anclados en los primeros cursos de la escuela secundaria de la vida, a esos que desean algún día licenciarse e incluso doctorarse en Humanidad, a esos que le resultan obsoletos los nuevos y los viejos valores, a esos que tengan tanto o más que enseñarnos que nosotros a ellos, a esos que, al contrario que la mayoría de nosotros, tengan la actitud y aptitudes necesarias para dirigirse algún día a los niños de la manera que crean más conveniente y necesaria. El peligro de centrar el Arte como contrapunto a la industria del espectáculo solamente o sobre todo en los adultos es que éste, como temía Jean Luc Godard, sólo llegue a "los ya convencidos", y toda idea de avance de desvanezca. Debemos comenzar a realizar un arte que posea todas las notas de la escala musical, un arte pancromático que no descuide ni la vanguardia ni la retaguardia, un arte que no se comporte como un absurdo ajedrecista que no acaba de decidirse ni a atacar ni a defenderse, y acabe por concentrar todas sus piezas en el centro, haciendo de la partida algo aburrido, estático y antiestético, sin acabar de percatarse de que esa posición es además perdedora. Esa retaguardia literaria son evidentemente los niños a los que me refería antes, y la vanguardia esos jóvenes de edad o de espíritu con ganas de ir más allá, de dar un salto de madurez emocional, intelectual e instintivo a través del arte, de la literatura, la ciencia, la filosofía, lo que sea; y todos sabemos que muchos saltos individuales pueden acabar siendo un gran salto como colectivo. Por eso creo que ahora más que nunca el arte debe convertirse en un arte pancromático, donde quepa casi de todo, donde fluya lo intelectual, lo emocional, lo visionario, lo lúdico, la fantasía, lo metaartístico, incluso lo banal en ese arroyo vital que acabe algún día desembocando en un río más amplio o incluso en un nuevo y desconocido mar, aunque a veces ese arroyo fluya subterráneo, entre cavernas; pero lo importante es que jamás deje de fluir. Evidentemente todos estos múltiples arroyos literarios que propongo no podrán emanar de la misma fuente creadora, será algo que deberemos hacer entre todos, una vez que dejemos de beber de esa agua embotellada de la industria, y hayamos encontrado nuestro propio manantial particular, ése con el que tratar de regalar a nuestros congéneres una experiencia auténtica, honesta y sinestésica.

[@pedrog.6517]

Muy buenas Jorge, me gustaría que hicieses una reflexión sobre lo que está pasando con lo del coronavirus.. Y si estamos ya en la distopía.. un saludo

[@26blanco]

Es muy importante q la gente piense

[@davidespectaculargraciasun6149]

este siglo en cuanto al arte es muy confuso y sin trascendencia no sé qué pasa con los artistas

[@juankilez]

No se creo que estas proposiciones son bastante quejicas, el arte se a universalizado, desacralizado y banalizado. Deja de ser hegemónico, en cuanto a su posibilidad de representación del mundo, digamos que internet le a comido la tostada y la clave sinceramente está aquí, arte y técnica arte y tecnologia. Entonces lo que queda obsoleta es una forma de hacer y pensar el arte. El oleo es un ejemplo de esta teoria que planteo, que el arte atendiendo a hechos, avanza según cambios tecnológicos, y atribuir una resistencia en el arte me parece contraintuitivo. Sería proponer una vuelta al canon o una vuelta a la hegemonía de algún tipo de super ego "genio creativo", todo esto se cae con el capitalismo cognitivo actual. Solo queda la tecnología para el arte y sera lo que quede para el futuro, prueba de ello es la simple necesidad de la grabación de este video en youtube. (a no ser que se desee una edad media/mad max) en ese caso seguramente cambie todo, y se vuelva al concepto griego de artes libres, de los liberados, los que no trabajan y pueden no ser banales. Con esto no quiero decir que la lectura que se hace de parte del arte actual sea esta la de banal.