JUSTICIA CURATIVA ANTE LA AUSENCIA (Dohee Lee, NAKA, Armadillos, Foro Elefante, Cempoa, Ajusco 2024)

JUSTICIA CURATIVA ANTE LA AUSENCIA.
El árbol del encuentro y la Memoria en la cima de las presencias.
Encuentro del 4 al 8 de junio de 2024.
Dohee Lee y PuriArts, NAKA (Navarrete x Kajiyama Dance Theater), Armadillos Rastreadores México. Formadores de Paz Foro Elefante, Compañía Teatral Cempoa
“Los 20 millones de años de existencia de la montaña del Ajusco, les contaremos no por sus ausencias sino por sus 20 millones de ancestrxs, 20 millones de sabidurías; Alegrías y encuentros”
En el año 2023, conocimos a Dohee Lee gracias a José Ome Navarrete y Cristina López Suárez de Naka Dancer theater y Armadillos, rastreadores Formadores de paz. Dohee es una artista multidisciplinaria, chamana y educadora nacida en la isla de Jeju en Corea del Sur. Su visión proviene del canto, la percusión y la danza tradicionales coreanos que tienen sus raíces en el chamanismo coreano. En su práctica junto con sus compañeras: Emily, Adria y Jae Eun con quienes conforma “PuriArts” utilizan el arte para sanar relaciones fracturadas en el entorno urbano y territorio: relaciones entre los humanos y la tierra y entre los individuos y sus comunidades. De este primer encuentro con Dohee en 2023 prometimos reencontrarnos para construir un espacio de cocuidado con las familias buscadoras y personas solidarias que caminan en resistencia y que hacen aparecer la vida y la memoria como actos de justicia que apelan a la no repetición en unas montañas que las han convertido en tiraderos de cuerpos. Este encuentro de vida con Dohee Lee, PuriArts, Naka Dancer theater, Armadillos Rastreadores Mésico. Formadores de paz, familias buscadoras, Rosalinda Sandoval, Carmen, Liz, Tranquilina Hernández, colectivos como Corazones Robados, Familias Resilientes Morelos, La Colectiva, Laboratorio de Artes Gráficas para Mujeres, Tierra Tocaitl, Cempoa, Foro Elefante, TINtervalo5 y personas solidarias, fue un lugar para consolar el corazón y tomar fuerzas desde las estrategias del Arte y la espiritualidad. Fue un acto ritual para generar cuidado y abrazar nuestras historias de manera Colectiva. Fue un encender el fuego y dedicarlo a alguien, bordar un nombre, escribirle y ser Memoria, caminar y dedicar a nuestras ausencias las estrellas. Fue una danza de la tarde, porque Danzar para nosotras es movernos con la vida, es el movimiento de la vida en nosotras, nosotros, la danzalidad de las auroras. Fue el hacer un altar con todos nuestros tesoros ausentes, fueron oraciones y tambores curativos de resistencia, fueron plantas sembradas, fue huerta, fue barro, vasijas y semillas, fue gráfica de elefantes en camisas como símbolo de lucha y dignidad. No solo fue el suceso de reencontrarnos, sino hacer aparecer todas las colectividades vitales que nos permiten existir de otras maneras. Danzamos los vínculos, la Alegría y el goce; las poéticas del espacio, del territorio, sus espíritus, su naturaleza y comunidad. Este encuentro fue el acontecer de los cuerpos y ancestros desde la vida. Fue caminar y trazar en las montañas la justicia y la Memoria y fue un accionar simbólico para recordarnos lo que jamás permitiremos y lo que nunca debe repetirse. Fue Danzar la tarde, un caminar para dibujar en los senderos a nuestros tesoros ausentes y hacer visible a un Estado que desaparece y olvida los rostros. Danzar la tarde es un abrazo en la presencia y como dirían los pueblos andinos: Este encuentro fue una ritulidad que hizo vibrar la fuerza telúrica de la tierra para ofrendar nuestra energía e insurgir desde la reexistencia, la digna rabia, la memoria, el espíritu, el amor y la ternura. Caminamos estás cordilleras con familias que buscan a sus tesoros ausentes y que no le temen a la oscuridad porque ellas son esa luz que un día nos enseñaron a reconocer en las profundas noches de las montañas del sur de la Ciudad de México. Nos prepararon para un día encontrarnos con ellas como constelaciones de un cosmos que construiremos juntxs hasta que un día nadie vuelva a subir montañas con rostros desaparecidos. Estos caminares de la memoria serán la posibilidad de regresar el nombre a quienes sanaron primero, nuestras abuelas, abuelos, ancestrxs y que hoy sus prácticas y rituales nos permiten sistematizar lo que vivimos, el como sanamos del trauma y el cómo podrán sanar próximas generaciones. Porque quizá en cien años estas prácticas que hicimos juntos y ahora junto con Dohee y las familias serán el vestigio de un camino para curar un territorio. Quizá en doscientos años estas acciones serán ancestros que acompañen a otros pueblos donde la desaparición y las violencias sean abolidas.
“El árbol del encuentro y la Memoria en la Cima de las Presencias.
Seguiremos para que todo lo que hoy soñamos y todos los gestos que cultivamos juntxs para curarnos, y los que están por venir, un día también sean ancestros.
#HASTA ENCONTRARLES