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Los hechos ocurrieron el 26 de febrero de 1990 en una cafetería ubicada frente al parque principal del municipio de Cimitarra, Santander, y fueron atribuidos a paramilitares que operaban en la zona del Magdalena Medio.
Josué Vargas Mateus, presidente de la ATCC, y los dirigentes campesinos Sául Castañeda y Miguel Ángel Barajas Collazos, se encontraban reunidos en la cafetería La Tata junto con Silvia Duzán, quien en ese momento se encontraba realizando un documental para el Canal 4 de la BBC de Londres sobre "El veto del narcotráfico en las elecciones de 1990", en el que los campesinos estaban participando.
Los hombres murieron instantáneamente y Silvia murió poco después en el centro médico del pueblo.
Duzán, además de hablar sobre el contexto de la región, también quería mostrar en el documental el trabajo de paz que había desarrollado la ATCC en la región, donde se había convocado a un Gran Diálogo de Paz en el que se generaron negociaciones y se trazaron objetivos para la no violencia en defensa de la vida y el trabajo de los campesinos del Carare.
Desde tempranas horas de la mañana del 26 de febrero de 1990, algunos reconocidos paramilitares fueron vistos en Cimitarra y estuvieron hablando con Carlos Atuesta, quien hacía parte de la ATCC. Los campesinos fueron advertidos sobre este hecho, ya que en veces anteriores habían recibido amenazas, pero hicieron caso omiso al respecto. El crimen fue atribuido al grupo de 'Los Masetos', que operaba bajo las órdenes de Henry de Jesús Pérez Durán.
Poco después de las muertes, un portavoz de la desaparecida Asociación Campesina de Ganaderos de Magdalena Medio (ACDEGAM,) acusó a los campesinos del Carare de mantener vínculos con los grupos guerrilleros y amenazó con emprender acciones contra sus miembros.
Hasta el momento, el crimen se ha mantenido en la impunidad y no se ha juzgado a ninguna persona. El jefe paramilitar de la zona, Ramón Isaza ante las versiones libres que ha dado en el marco de la Ley de Justicia y Paz, dice haber perdido la memoria.