Sigo andando en silencio, y mis pisadas, ansían las tuyas en la vasta arena, el agua borra, con su fría pena, el rastro que dejaste en mis jornadas. ¿Me guiaste a través de hondas moradas, o fue mi rumbo un eco de la pena? La duda es mi refugio y mi condena, sin más verdad que huellas olvidadas. Mas sigo por ti, por lo que dejaste, los recuerdos que arrastran y sostienen mi paso entre las sombras y el abismo. Encuéntrame, y que el dolor desaparezca, hazme volver a ti, que mis ojos que tienen Que volver a ver el camino de cerca.