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El mantenimiento adecuado de un refrigerador es clave para prolongar su vida útil y garantizar su eficiencia energética. Una de las tareas más importantes es limpiar regularmente las bobinas del condensador, ya que el polvo y la suciedad pueden hacer que el motor trabaje más de lo necesario, aumentando el consumo eléctrico. Estas bobinas suelen ubicarse en la parte trasera o inferior del refrigerador y deben limpiarse al menos cada seis meses con un cepillo o aspiradora.
Otro aspecto fundamental es revisar las gomas de las puertas, conocidas como sellos, ya que su desgaste puede provocar fugas de aire frío y forzar al compresor a trabajar más. Para comprobar su estado, se puede cerrar la puerta sobre un billete y ver si ofrece resistencia al jalarlo. Si el billete se desliza con facilidad, es momento de reemplazar los sellos. Además, mantener la puerta cerrada el mayor tiempo posible ayuda a conservar la temperatura interna y reducir el gasto energético.
La temperatura ideal del refrigerador debe mantenerse entre 2 grados celcius y 5 grados celcius, mientras que el congelador debe estar alrededor de -18 grados celcius. Ajustar el termostato correctamente evita el sobreenfriamiento y el desperdicio de energía. También es importante evitar sobrecargar el refrigerador, ya que esto dificulta la circulación del aire frío y puede afectar el enfriamiento de los alimentos. Por otro lado, tampoco debe estar demasiado vacío, pues los productos almacenados ayudan a mantener la temperatura estable.
La limpieza interna del refrigerador debe hacerse al menos una vez al mes con una solución de agua y bicarbonato de sodio, que elimina olores y bacterias sin dañar las superficies. Los derrames deben limpiarse de inmediato para evitar la proliferación de bacterias y malos olores. Además, los alimentos deben almacenarse en recipientes herméticos para evitar la contaminación cruzada y mantener la frescura por más tiempo.
El drenaje del desagüe del refrigerador, ubicado en la parte trasera, también debe revisarse periódicamente. Si se obstruye, puede provocar acumulación de agua y malos olores. Para limpiarlo, se puede usar una mezcla de agua tibia con vinagre y una jeringa para eliminar cualquier bloqueo. Esto evitará la formación de charcos en el interior del refrigerador y asegurará su correcto funcionamiento.
Por último, es recomendable ubicar el refrigerador en un lugar ventilado, lejos de fuentes de calor como hornos o rayos directos del sol, ya que esto puede hacer que trabaje más de lo necesario. También es importante dejar un espacio entre la parte trasera del refrigerador y la pared para permitir una buena circulación de aire. Siguiendo estos consejos, se garantiza un mejor rendimiento del refrigerador y se prolonga su vida útil.