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LA HIJA DEL HOMBRE RICO SE CASÓ CON UN GRANJERO COJO PARA CONTRARIAR A SU PADRE... Y CUANDO...
Elena Ramírez siempre fue una joven sensible y determinada, características que a menudo entraban en conflicto con la naturaleza controladora de su padre, Ricardo Ramírez. Ricardo, un empresario exitoso e influyente, estaba acostumbrado a tener todo bajo su mando, incluyendo la vida de su única hija. Desde la muerte prematura de su esposa, cuando Elena tenía solo siete años, se dedicó a criar a Elena con todo el lujo y confort posibles, compensando la ausencia de la madre con regalos caros y una educación de primera. Ricardo siempre creyó que sabía lo que era mejor para Elena. Contrató a los mejores tutores y niñeras para asegurar que ella tuviera una educación ejemplar y estuviera preparada para el futuro. Elena, por su parte, creció acostumbrada a seguir las reglas impuestas por su padre, aunque su espíritu independiente a menudo deseaba algo más. Se destacó en los estudios, eventualmente graduándose en Economía en una de las universidades más prestigiosas del país. Elena creía que, con su diploma, finalmente tendría la libertad para decidir su propio camino.
Sin embargo, Ricardo tenía otros planes. Preocupado por el futuro de la empresa y creyendo que Elena necesitaba estabilidad, comenzó a pensar en un matrimonio estratégico para ella. Ricardo veía el matrimonio como una extensión de su control sobre la vida de Elena y, consecuentemente, sobre el futuro de los negocios de la familia. Comenzó a buscar un socio adecuado, alguien que no solo perteneciera a una familia respetable, sino que también pudiera traer beneficios financieros y sociales. Elena, por otro lado, soñaba con usar su diploma para construir su propia carrera y encontrar su propio camino. Se sentía asfixiada por la presencia constante de su padre en todas las decisiones importantes de su vida. Cada paso que daba estaba meticulosamente planificado por Ricardo, dejando poco espacio para sus propias ambiciones y deseos. Ese control excesivo alimentaba un creciente sentimiento de frustración y deseo de independencia en Elena. Una noche, durante una cena familiar, Ricardo finalmente reveló sus planes para el futuro de Elena. "Elena, tengo buenas noticias. He encontrado una excelente opción para ti. Alejandro Vargas. Su familia es muy influyente y nuestros negocios se beneficiarían inmensamente de esta unión." Elena miró a su padre, sorprendida e indignada.