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Haber vivido la mitad de su infancia en Colombia y la otra mitad en Japón le permitieron a Yokoi Kenji analizar la mentalidad latinoamericana de una manera única. Según él, nuestras costumbres y manera de pensar han hecho de la corrupción algo usual y natural en nuestras sociedades. A diferencia de los análisis que normalmente escuchamos, para Kenji la corrupción no nace de los estratos sociales más altos ni de la política, sino de las familias. Son ellas las que crearon el pensamiento corrupto y lo hicieron presente en la clase política.
“Nuestros hijos solo aprenden el 30% de nuestras palabras, el otro 70% lo emulan, nos imitan. Yo puedo mirar a Kenji David y decirle ‘no mienta’. ‘Bueno papá’. ‘Bueno papá no, repítalo 100 veces: mentir es malo’. ‘Bueno papá’. Toca el teléfono ‘atienda y diga que no estoy’. Él va a entender que mentir es malo, pero va a ser un mentiroso porque papá es un mentiroso”.
Yokoi cuenta que tuvo un choque cultural de sus pensamientos cuando su papá le dijo que inteligencia es guardar principios, es ‘no hacer trampa’. Habiendo nacido en Latinoamérica para él ser inteligente era todo lo contrario: era guardar el cambio o quedarse con el dinero que encontraba en la calle, sin buscar a su dueño. Eso era ser ‘más vivo’ que los demás, sin embargo, su papá le explicó que en Japón esta forma de pensar no era correcta ni normal.
La historia comienza con una mujer japonesa que dejaba la fruta en la calle para que se vendiese sola. La gente pasaba, elegía la fruta y dejaba el dinero que correspondía en una cajita. Para Yokoi esto era muy inseguro, puesto que cualquiera podía pasar y robar tanto el dinero como la fruta, pero el papá le explicó que en Japón no había ladrones. A partir de este cuento Kenji relata cómo sería la versión latinoamericana de esta vendedora y cómo un simple robo de frutas puede abrir camino a un ciclo de corrupción en el que todos terminamos implicados.
Te invitamos a que conozcas esta versión del nacimiento de la corrupción latinoamericana desde las palabras del propio Yokoi Kenji.