Te has preguntado alguna vez cómo se fabrica un colchón? ¿Qué materiales se utilizan para crear un colchón? No nos paramos a pensar en cómo algo tan importante y esencial para el descanso ha llegado hasta nuestra habitación. Una tercera parte de nuestra vida la pasamos tumbados en él. Debemos tener en cuenta que lo que denominamos la industria del descanso ha vivido un gran desarrollo que permite elaborar mejores productos para disfrutar de una mejor calidad de sueño. La elaboración de los colchones se ha desarrollado a lo largo de los años. Nada tienen que ver aquellos colchones de muelles que aparecieron por primera vez en el siglo XIX a los que encontramos hoy en el mercado. Ahora, se pueden encontrar todo tipo de infraestructuras específicas para aportar beneficios al sueño de cada persona en función de sus necesidades. El proceso de fabricación del colchón A simple vista, todos los colchones parecen iguales, pero cada uno tiene unas características diferentes. Hay que tenerlas en cuenta a la hora de comprar, ya que cada especificación aporta unas características diferentes al descanso. Solemos cometer errores a la hora de comprar un colchón nuevo. No pensamos que cada cuerpo es un mundo, por tanto, lo que para unos es perfecto para otros puede no serlo. Tampoco que el más caro no hay necesidad de que sea el mejor ni los mismos materiales ser beneficiosos para unos y otros. Aunque el proceso de fabricación suele ser parecido en las tecnologías que utilizan, cada fabricante intenta aportar alguna novedad que haga a su producto diferente. Hablamos de nuevos métodos de elaboración o los materiales que son utilizados. Estos elementos usados y los diferentes tratamientos serán los que hagan destacar a ese colchón entre el resto de los que se encuentra en el mercado. El proceso por el que se fabrica un colchón en NIX descanso Las partes que componen un colchón están dividas en capas, hechas con distintos materiales que aportan diferentes características a cada modelo de producto. El núcleo del colchón es el centro de la composición, lo más importante. Define el tipo de colchón que es y la firmeza. Según la estabilidad que uno quiera en su cama, deberá elegir entre una firmeza alta, media o baja, que evite los dolores de espalda y divida el peso a lo largo del cuerpo. También va a ser determinante para otros factores como la durabilidad, la transpirabilidad y la independencia de lechos si duermes acompañado. El acolchado se basa en elegir la capa que recubrirá el núcleo. Es determinante para la adaptabilidad del colchón. Dependerá del material elegido, las capas acolchadas con las que cuente y lo gruesas que estas sean. Entre los materiales utilizados encontramos aquellos que son de espuma, de látex o viscoelásticos. Se corta en función de las medidas y el grosor del producto. Después, se añade al núcleo. Además de dureza, aporta confort y adaptación al cuerpo. Para proteger las capas que componen el colchón pasa por un proceso de tapizado. Este tejido aporta elasticidad y resistencia, además de proteger el producto y regular la temperatura del cuerpo. Con el desarrollo de la industria, se han ido añadiendo nuevos tratamientos que mejoran la composición de los colchones y añaden nuevas características complementarias a las de siempre. Hablamos de métodos que ayudan a prevenir la aparición de bacterias y hongos o tratamientos que evitan las posibles reacciones alérgicas que los materiales puedan provocar.