La mina y una historia para despertar.

En muchos países llamados "Republicanos" los pueblos originarios son mayoritarios y a su vez la minoría sin influencia sobre las políticas que afectan a sus vidas. Sus tierras siempre suelen ser destinadas "por interés nacional" a la ambición del poder, sean de minas, proyectos de agricultura a gran escala, y todo tipo de planes que prometen "desarrollo" pero que en la realidad dejan marginados a los verdaderos dueños de la tierra. Carentes de una voz potente en los procesos políticos y sin ver reconocidos sus derechos inalienables de propiedad de sus tierras, puede ser difícil para las comunidades indígenas influir en dichos proyectos y proteger su autonomía e independencia.
En otros casos, estos pueblos son desplazados de sus tierras, la mayoria a la
fuerza, en otros con promesas y aun están aquellos más osados, los que disfrazados en una supuesta democracia, para integrarles a la sociedad nacional y traerles un supuesto "desarrollo", consiguen préstamos internacionales o fondos públicos para hacinarlos en barrios "urbanos", la prueba es que siempre en compañía de los supuestos planes alimentarios de ayuda y acompañados de pequeñas casas con techos, terminan en construcciones de las periferias de las rutas o ciudades para que abandonen su tierras. En estos planes, jamás existen los que tengan herramientas y menos los que posibiliten ser sustentables, la práctica es condicionarlos económicamente y políticamente nunca se les consulta su querer o deseo, se impone así un sistema que dice llamarse defensor de lo humano, del desarrollo, menos su decisión, pero la mentira es la misma siempre, se les da algo y en palabras se los atemorizan con que lo perderán todo si siguen sus reclamos. Esto ocurre muy a menudo cuando hay recursos valiosos en (o bajo) la tierra. Dichas políticas nacen a menudo de la consideración racista de que las comunidades indígenas están "atrasadas" y necesitan "ponerse al día con el mundo moderno", pero lo real es, que somos personas que valoran un estatus de vida y no la vida de los demás y de la naturaleza, es la ambición del tener y poseer por arriba del ser en su estar más digno, aquí la pobreza es diferente y está en el ojo que lo mira.
Cambiar estos estereotipos hipócritas y con actitudes racistas, es esencial para la vida en salud y supervivencia a largo plazo. Sean cuales sean los factores que hacen que son arrancados de sus tierras ancestrales, el impacto siempre es parecido y a corto plazo las miserias de la cultura occidental los expone no solo a sus enfermedades, sino que a largo plazo las enfermedades mentales se convierten en físicas y crónicas. A esto lo llamo Etnocidio cultural a los mejores cuidadores que tiene el planeta y son hacedores de otra dignidad, más tierna y más humana. Se trata de un etnocidio con "buena conciencia estúpida", que corresponde al fenómeno neocolonialista de nuestros días.

[@rubenmartinfloresmurillo527]

que monse