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Todas y todos tenemos derecho a la alimentación. Pero ¿hay suficientes y al alcance de cada persona? Es decir ¿está garantizada nuestra seguridad alimentaria?
En el Perú una de las principales dificultades es la disponibilidad de los alimentos. Es por ello que se necesita un buen funcionamiento de los mercados, tanto en el ámbito rural como el urbano. Sin embargo, dichos mercados cuentan con muchos problemas: una deficiente infraestructura, no se cumplen las normas laborales, de salud y seguridad, ronda el caos, la limpieza no es la adecuada. Por ejemplo, uno de los problemas dentro del Mercado Mayorista La Parada, es la entrada y salida de camiones. Las 4 puertas son insuficientes, por eso se generan cuellos de botella, afectando a los compradores. También las áreas destinadas para la circulación de comerciantes, estibadores, carretilleros y clientes son insuficientes para la gran cantidad de movimiento al interior del mercado, situación que genera pérdida de tiempo y deficiencia en el comercio mayorista. Otro de los problemas es que los comerciantes apilan de manera exagerada los sacos uno sobre otro para almacenar la mayor cantidad de mercadería., así los productos sufren golpes y se malogran. Esto refleja además que no hay condiciones adecuadas para el almacenamiento de los productos. Otro aspecto que influye en el daño a la mercadería es el piso del mercado, pues constantemente está lleno de barro y basura.
¿Y qué pasa en los mercados rurales? En Huancavelica, la región mas pobre del país, las ferias semanales o mensuales son espacios estratégicos para la comercialización de los alimentos y son visitadas por muchísima gente. Sin embargo, éstas ferias rurales también tienen varios problemas: No existe una adecuada distribución de los alimentos en venta, que se mezclan por ejemplo con el ganado. Eso genera pérdida de tiempo entre los compradores. Además los alimentos como la papa y otros, muchas veces no se encuentran en condiciones adecuadas y es que el traslado de los productos es pésimo debido al mal estado de las carreteras.
Queda claro entonces que una deficiente comercialización de los alimentos provoca dificultades en la disponibilidad de los mismos y pone en riesgo nuestra seguridad alimentaria. Frente a ello se necesitan medidas urgentes. Por ejemplo, mayor inversión pública por parte del Estado para mejorar la infraestructura de ferias rurales y mercados urbanos. También se deben generar más ordenanzas y cumplir las que existen. Es fundamental una campaña de sensibilización sobre la importancia de una adecuada comercialización y acceder a alimentos de calidad y a bajos precios.
Todas y todos tenemos derecho a una mejor calidad de vida, es decir menos pobreza y desnutrición, y que nuestra seguridad alimentaria esté garantizada.
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