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Se hace complicado entender la Primera Rebelión de Fuegoscuro si no se habla antes del rey Aegon IV el Indigno, el verdadero generador de la posterior gran revuelta contra los Targaryen y el Trono de Hierro.
La verdad es que Aegon el Indigno no se llevaba nada bien con Daeron, su hijo con su hermana Naerys, algo que llevaría arrastrando durante toda su vida, aprovechando el hecho para centrar toda su atención no en su heredero sino en uno de sus bastardos, Daemon Mares, para empezar así a sembrar la semilla de la discordia.
Una semilla que quedaba plantada, primero con la entrega de la espada Fuegoscuro al propio Daemon, a quien previamente había nombrado caballero a la edad de doce años, y posteriormente, en su último acto de voluntad antes de morir, legitimando y equiparando en derechos a todos sus bastardos, aunque sobre todo a los llamados Grandes Bastardos.
El odio de Aegon por sus hermanos, Aemon el Caballero Dragón y Naerys, se había trasladado por extensión al príncipe Daeron, unido también al odio del Indigno por Dorne, el principal núcleo de desencuentro entre el rey y su hijo.
Daeron, casado incluso con una princesa de Dorne, Mariah, era partidario de intentar un acercamiento pacífico con el reino del Sur, pero en cambio, Aegon intentaría por todos los medios invadir Dorne, fracasando estrepitosamente como todos los Targaryen que ya lo habían intentado con anterioridad.
Sin embargo, Daeron, ya como rey a la muerte del Indigno, sí conseguiría la incorporación de Dorne a los Siete Reinos a través del matrimonio entre el príncipe Maron y la hermana de Daeron, la primera Daenerys.
Una Daenerys que era el objeto del deseo de Daemon Mares, ya posteriormente como hijo legítimo de Aegon, llamado Daemon Blackfyre, y en posesión de Fuegoscuro, la espada de acero valyrio del Conquistador.
De manera que si a los actos de Aegon el Indigno y el odio sembrado por este contra Dorne, sumamos los deseos de Daemon por Daenerys, el amor perdido, y la soberana comida de cabeza por parte de los partidarios del dragón negro para hacerse con el poder, tenemos el punto de partida perfecto para entender la Primera Rebelión de Fuegoscuro.
Todo ello unido al gran papel de los Grandes Bastardos dentro del conflicto, destacando por encima de las demás, las figuras de Brynden Ríos, del lado del dragón rojo y los Targaryen, o de Aegor Ríos, Aceroamargo, del lado del dragón negro y los Fuegoscuro. El medio Bracken ya se había encargado durante años de hacer ver a Daemon sus derechos por encima de Daeron de acuerdo a los deseos de Aegon el Indigno, y en cambio, Cuervo de Sangre no estaba nada de acuerdo con esta calumnia (Daeron era hijo de Aemon y Naerys y por tanto, un bastardo, y Daemon Fuegoscuro el verdadero hijo de Aegon IV el Indigno).