Se puede decir más alto pero no más claro. 100% de acuerdo con Ud.
@carmenmg22273 күн бұрын
Cierto, y una muestra más de ésto es el acuerdo de Mercosur
@Gneisenau-DKM4 күн бұрын
Un comentario lúcido y claro. Gracias, Carlos.
@CatalinaGuerreromates2 күн бұрын
Da gusto de oírle, muchas gracias por su trabajo informativo 👍👏
@raulzambrano56104 күн бұрын
Muy buen análisis, muy claro y objetivo lo que está denunciando. Aunque es un fenómeno a nivel mundial todo lo que está expresando. El mundo está lleno de mentiras, aquí en Colombia pasa lo mismo, cuando el tratado de libre comercio con Estados Unidos, de una se dejó de plantar algodón en zonas como el Huila y Tolima, para dar un ejemplo pequeño.
@lolamateo35914 күн бұрын
Que buenísimo análisis, me encanta. España debería ser Republicana
@lolamateo35914 күн бұрын
Buenos días. Que razón tienes tienes.
@carlosmartinezblay1114 күн бұрын
@@lolamateo3591 gracias, hay que enfrentar esta situación
@wniteblue12554 күн бұрын
Gran informador
@XabierOjanguren4 күн бұрын
Una puntualización: el desmantelamiento industrial lo hizo Felipe González (peón de la CIA). Una alternativa para España podía haber sido no ingresar en la estafa europea, y sí establecer una especie de mercado común con Latinoamérica
@YoChilangoleon4 күн бұрын
Excelente sísntesis de la realidad actual, Don Carlos.
@djankoraldirez53544 күн бұрын
La unión europea,Estados Unidos..sin gobernadas por los autodenominados pueblo elegido...
@juanaraya26393 күн бұрын
Gracias por todo saludos desde Chile Central.
@patriciarios59494 күн бұрын
Gracias por la información. Muchas gracias por la lucidez y claridad. Dios te bendiga.
@ToffLarby4 күн бұрын
Gracias por darnos la explicación. Así podremos ver la otra perspectiva...... saludos desde 🇩🇿🙋🏿♂️🇩🇿
@sissic84594 күн бұрын
Gran sabiduria la suya.Gracias por compartirla.😊
@craftspaces44752 күн бұрын
Como siempre, con pocas palabras Carlos lo deja bien claro.
@gladysaurinegra76114 күн бұрын
Excelente análisis , saludos desde Paraguay 🇵🇾
@horaciolira45944 күн бұрын
Magnifico. Un saludo desde la Patagonia chilena.
@alezabaleta4 күн бұрын
Grande Profesor. Genial explicación.
@arleneperez94774 күн бұрын
Este señor es tan sensato, no apenas toca la herida, escribe la receta para la cura. Gracias.
@arleneperez94774 күн бұрын
Señor Carlos Martínez García, soy brasileña y vivo en España, me preocupa la decadencia política del mundo occidental. Necesitamos líderes para pasar el bastón a los jóvenes. Estamos en una acera, luego estaremos en un callejón sin salida...
@guiniguada1884 күн бұрын
No sabia eso de Espana perdio su industria por culpa de la UE,muchas gracias por la informacion
@aivancollazosa12844 күн бұрын
Excelente señor, muchas gracias, un abrazo
@JoseJose-wf7vv4 күн бұрын
Coerencia!! Gracias
@anamariafuenzalida15324 күн бұрын
Gracias!! Abrazos!
@lorenam80284 күн бұрын
Neoliberalismo: libertad para los ricos de hacer lo que quieren. Esos son los liberales.
@gladysaurinegra76114 күн бұрын
Asi mismo !
@ferminadaza94184 күн бұрын
Ahora resulta que el“ no votan bien” lo llevan ahora a Rumania.🇷🇴 Vivan los pueblos libres por todo el mundo 🇲🇽
@GabrielaSM-gl1mk4 күн бұрын
De antemano gracias
@silveriofentom4 күн бұрын
Chapeau 🎩👌🏼
@orfeo61414 күн бұрын
Si,señor!! Así es.
@leomiranda2234 күн бұрын
Gracias. Comparto❤
@MimiNor-l6r4 күн бұрын
Asi es como llo dices en el titulo!
@GabrielaSM-gl1mk4 күн бұрын
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@nothingburnnb94974 күн бұрын
Excelentes reflexiones.
@NicolásUnanueSoto4 күн бұрын
muy de acuerdo con Ud. Pero veo muy difícil que puedan cambiar su constitución, recordando el proceso chileno de cambio de constitución, la propaganda, la presión de medios y noticias falsas, eso es según se ve de acá de Chile, la arquitectura propagandista es mucho mayor allá en España que aca en Chile, y el rechazo a la Nueva Constitución fue amplio... la tienen difícil, más agregar que la UE tampoco ayudará, la presión por seguir igual puede llevar a agresiones no conocidas... ojalá y puedan !
@horaciovarela-lx9sy4 күн бұрын
es mas que importante que los ciudadanos de los países europeos puedan, mediante concenso verdaderamente democrático. decidir el rumbo econ´mico/social de su propio país... en otras palabras; hay que ejercer el sobernismo y el nacionalismo. de otra manera la cultura y su forma de trabajar, vivir, y producir. conceptos que son definitorios de su identidad particular (lo que hace español a un español. lo que hace italiano a un italiano. lo que hace a un frances, un frances). serán destruidas. no se puede vivir a expensas de las desiciones de una élite apatrida a la que solo le importa su propio bienestar
@GabrielaSM-gl1mk4 күн бұрын
Soy de Mexico
@josefinallussa6914 күн бұрын
Seria muy complicado el gobernar un partido decente de izquierda, aunque no fuera de izquierda pero quisiera adecentar e impulsar la economía, la industria, las leyes laborales y sociales , y nuestra agricultura o sea levantar el pais Duraria muy poco fuera de un signo o de otro
@carlosmartinezblay1114 күн бұрын
@@josefinallussa691 pues vamos a intentarlo
@alejandrodidomenica96262 күн бұрын
9) SEGUNDA CONTRIBUCIÓN DEL PARTIDO PROLETARIO REVOLUCIONARIO DE ARGENTINA (Argentina en la que hace ya por lo menos 15 años se violan los derechos humanos): Hasta ahora, todos los movimientos sociales han sido movimientos desatados por una minoría o en interés de una minoría. El movimiento proletario es el movimiento autónomo de una inmensa mayoría en interés de una mayoría inmensa. No es un sueño utópico ni la revolución radical, ni tampoco la emancipación humana general o universal, sino más bien, la revolución parcial, la revolución sólo política, que deja en pie derechamente los pilares del edificio de la causa. Una revolución parcial, una revolución meramente política, se apoya o descansa sobre el hecho de que una parte de la sociedad burguesa se emancipa y alcanza e instaura un dominio general o universal; también sobre el hecho de que una determinada clase emprende la emancipación general o universal de la sociedad desde su situación especial. Esta clase emancipa a toda la sociedad, pero sólo con la presuposición de que toda la sociedad se encuentre en la situación de aquella clase que posea, por ejemplo, dinero y cultura o pueda adquirirlos queriendo. Para escalar esta posición emancipadora y, por tanto, para el agotamiento político de todas las esferas de la sociedad y poder explotarlas políticamente en interés de la propia esfera, la energía revolucionaria y la conciencia moral del valor y amor propio, no bastan por sí solos. Cada una de las esferas de la sociedad burguesa comienza a sentirse, a adquirir la conciencia de sí misma y a tomar un puesto al lado de las otras con pretensiones o exigencias especiales, no ya desde el momento en que es oprimida, sino apenas las circunstancias o condiciones sociales de la época crean y constituyen, sin su intervención o cooperación, una base o substrato social, sobre la que la clase contigua pueda ejercitar su opresión. Por tanto, todas y cada una de las esferas de la sociedad burguesa sufren su derrota antes de haber festejado su victoria, desarrollan sus propios límites antes de haber saltado por encima de sus límites, antes de haber ampliado el ámbito de sus límites, antes de haber superado las barreras opuestas a ella, y hacen valer su sordidez o pusilanimidad antes de haber hecho valer su arrogancia, antes de haber demostrado cuánto tiene de generosa; de modo que, la oportunidad u ocasión de desempeñar un gran papel u obra ha pasado siempre, antes de haberse presentado, y cada clase, apenas inicia la lucha contra la clase que está por encima de ella, se encuentra envuelta y enredada en una lucha contra la clase que está por debajo. Por eso, el burgués se encuentra en lucha con todos, mientras el proletario ya comienza a encontrarse en lucha con el burgués. La clase media apenas osa o se atreve a concebir, desde su punto de vista, el pensamiento de la emancipación, y ya la evolución y desarrollo de las condiciones sociales, así como el progreso de la teoría política, vuelven anticuado, o al menos problemático, ese punto de vista. ¿No sucede acaso que todas las rebeliones, sin excepción, estallan en el aislamiento funesto de los hombres del ser colectivo? Toda sublevación, ¿no presupone necesariamente este aislamiento? ¿Hubiera podido tener lugar la Revolución de 1789 sin este funesto aislamiento de los burgueses franceses del ser colectivo político, del ser del Estado? Estaba precisamente destinada a suprimir este aislamiento. Pero el ser colectivo del que se halla separado el trabajador es un ser colectivo de realidad distinta, de distinto alcance que el ser político. El ser colectivo del que le separa su propio trabajo es la vida misma, la vida física e intelectual, las costumbres humanas, la actividad humana, el goce humano, el ser humano. El ser humano es el verdadero ser colectivo de los hombres. Del mismo modo que el funesto aislamiento de este ser es incomparablemente más universal, más insoportable, más terrible, más lleno de contradicciones que el hecho de estar aislado del ser colectivo político; asimismo, la supresión de este aislamiento -e incluso una reacción parcial, un levantamiento contra ese aislamiento- tiene un alcance mucho mayor, al igual que el hombre es mucho más que el ciudadano, y la vida humana mucho más que la vida política, por muy parcial que sea, la sublevación industrial encierra en ella misma un alma universal. En cambio, la insurrección política por más universal que sea, disimula bajo su forma colosal un espíritu limitado. Aun cuando no se produzca más que en un único distrito industrial, una revolución social se sitúa en el punto de vista de la totalidad porque es una protesta del hombre contra la vida deshumanizada, porque parte del punto de vista de cada individuo real, porque el ser colectivo del que el individuo se esfuerza en no permanecer separado es el verdadero ser colectivo del hombre, el ser humano. Por el contrario, el espíritu político de una revolución consiste en la tendencia de las clases sin poder político a suprimir su aislamiento respecto del ser del Estado y del poder. Su punto de vista es el del Estado, una totalidad abstracta que tan sólo existe por la separación de la vida real, que sería impensable sin la contradicción organizada entre la idea general y la existencia individual del hombre. De acuerdo con su naturaleza limitada y ambigua, una revolución con espíritu político crea pues una esfera dominante en la sociedad a expensas de la propia sociedad. Una revolución «social» con espíritu político es, o bien un complejo absurdo, si se entiende por revolución social una revolución «social» opuesta a una revolución política y dotada nada menos que de un espíritu político en lugar de un espíritu social, o bien una simple paráfrasis, de lo que de ordinario se conoce como «revolución política», o una «revolución a secas». Toda revolución disuelve la antigua sociedad, y en este sentido es social. Toda revolución acaba con el antiguo poder, y en ese sentido es política. Pero así como una revolución social con espíritu político es parafrástica o absurda, una revolución política con espíritu social es algo completamente racional. La revolución en general -el derrocamiento del poder existente y la supresión de las antiguas relaciones- es un acto político. El socialismo sin revolución no puede realizarse: tiene necesidad de ese acto político en la medida en que tiene necesidad de destrucción y de disolución, pero allí donde empieza su actividad organizadora y donde surgen el objetivo y el espíritu que le son propios, el socialismo rechaza su apariencia política. Todo levantamiento revolucionario, por muy alejada que parezca estar su meta de la lucha de clases, tiene necesariamente que fracasar mientras no triunfe la clase obrera revolucionaria. “Con el sojuzgamiento de la clase obrera, protagonista de febrero y marzo, fueron vencidos, al propio tiempo, sus adversarios: en Francia, los republicanos burgueses, y en todo el continente europeo, las clases burguesas y campesinas en lucha contra el absolutismo feudal; el triunfo de la «república honesta» en Francia fue, al mismo tiempo, la derrota de las naciones que habían respondido a la revolución de febrero con heroicas guerras de independencia; y, finalmente, con la derrota de los obreros revolucionarios, Europa ha vuelto a caer bajo su antigua doble esclavitud: la esclavitud anglo-rusa. La batalla de junio en París, la caída de Viena, la tragicomedia del noviembre berlinés de 1848, los esfuerzos desesperados de Polonia, Italia y Hungría, el sometimiento de Irlanda por el hambre: tales fueron los acontecimientos principales en que se resumió la lucha europea de clases entre la burguesía y la clase obrera... Bélgica y Suiza eran estampas de género, caricaturescas y tragicómicas en el gran cuadro histórico: una, el Estado modelo de la monarquía burguesa; la otra, el Estado modelo de la república burguesa, y ambas, Estados que se hacen la ilusión de estar tan libres de la lucha de clases como de la revolución europea.” (Marx, 1849) Toda reforma social no será más que una utopía mientras la revolución proletaria y la contrarrevolución feudal no midan sus armas en una guerra mundial. Los elementos de las otras clases que llegan inevitablemente al movimiento proletario determinado por el mismo curso del desarrollo histórico y que se incorporan al proletariado revolucionario en lucha, deben asimilar sin reservas el enfoque proletario y no traer resabios de prejuicios. Aquí se habla de las personas sólo como personificación de categorías económicas, como portadores de determinadas relaciones e intereses de clase. El punto de vista que enfoca el desarrollo de la formación económica de la sociedad como un proceso histórico-natural, puede menos que ningún otro hacer responsable al individuo de unas relaciones de las cuales socialmente es producto, aunque subjetivamente pueda estar muy por encima de ellas.
@alejandrodidomenica96262 күн бұрын
11) SEGUNDA CONTRIBUCIÓN DEL PARTIDO PROLETARIO REVOLUCIONARIO DE ARGENTINA (Argentina en la que hace ya por lo menos 15 años se violan los derechos humanos): El antagonismo de clase se desarrolla siempre a la par con la industria. El desarrollo, la madurez y la constitución como clase para sí del proletariado, la lucha misma del proletariado contra la burguesía que reviste carácter político y ha desencadenado una revolución abierta y franca, y las condiciones materiales e históricas necesarias o indispensables para la emancipación del proletariado y para la edificación de una sociedad nueva, han de ser fruto de la época burguesa, del desarrollo de las fuerzas productivas en el seno de la propia burguesía. Hasta aquí, todas las formas económicas -desarrolladas o no- implican la esclavización del trabajador (sea obrero, campesino, etc.), pero en todas ellas no es igualmente posible la revolución radical; existen las condiciones económicas de la revolución social. La base de la revolución social son las condiciones económicas y no la voluntad. Una revolución social radical se halla sujeta a determinadas condiciones históricas de desarrollo económico; éstas son su premisa. Por tanto, sólo puede darse allí donde, con la producción capitalista, el proletariado industrial ocupe, por lo menos, una posición importante dentro de la masa del pueblo, y, para tener alguna probabilidad de triunfar, tiene que ser, por lo menos, capaz de hacer inmediatamente por los campesinos, mutatis mutandis, tanto como la burguesía francesa, en su revolución, hizo por los campesinos franceses de aquel entonces. “Los plebeyos de la antigua Roma en su origen habían sido campesinos libres, cultivando cada cual su propia fracción de tierra. En el curso de la historia romana fueron expropiados. El mismo movimiento que los divorció de sus medios de producción y subsistencia trajo consigo la formación, no sólo de la gran propiedad fundiaria, sino también del gran capital financiero. Y así fue que una linda mañana se encontraron con que, por una parte, había hombres libres despojados de todo a excepción de su fuerza de trabajo, y por la otra, para que explotasen este trabajo, quienes poseían toda la riqueza adquirida. ¿Qué ocurrió? Los proletarios romanos se transformaron, no en trabajadores asalariados, sino en una chusma de desocupados más abyectos que los "pobres blancos" que hubo en el Sur de los Estados Unidos, y junto con ello se desarrolló un modo de producción que no era capitalista sino que dependía de la esclavitud. Así, pues, sucesos notablemente análogos pero que tienen lugar en medios históricos diferentes conducen a resultados totalmente distintos. Estudiando por separado cada una de estas formas de evolución y comparándolas luego, se puede encontrar fácilmente la clave de este fenómeno.” (Marx) “Es una suerte que un país (Italia) que en lugar de proletarios no tiene prácticamente otra cosa que pordioseros, posea al menos aparceros o arrendatarios.” (Engels, 1851) La supremacía política de la burguesía tiene su origen en las condiciones modernas de la producción, en la moderna división del trabajo, en la forma moderna del cambio, de la concurrencia, de la concentración, etc., que los economistas burgueses proclaman leyes necesarias y eternas. Por tanto, mientras que en el curso de la historia, es decir, en su movimiento, no se encuentren creadas las condiciones materiales que hagan necesarias la derogación del modo de producción burgués y, por consecuencia, la caída definitiva de la supremacía política burguesa, si el proletariado destruye la supremacía política de la burguesía, su victoria sólo será pasajera, un simple factor al servicio de la misma revolución burguesa, como lo fue en 1794. El proletariado y las capas de la población urbana que no pertenecían a la burguesía no tenían aún intereses separados de la burguesía o no constituían aún clases o sectores de clase con un desarrollo independiente. Por eso, donde se enfrentaban con la burguesía, como en Francia en 1793 y 1794, luchaban sólo por la realización de los intereses de la burguesía, aunque no a la manera burguesa, por hacer desaparecer las ruinas feudales del territorio y preparar el terreno a la burguesía. “La relación industrial en general del mundo de la riqueza con el mundo político, es un problema predominante y fundamental en la época moderna. ¿Bajo qué forma este problema comienza a preocupar a los alemanes? Bajo la forma de impuestos y aranceles protectores, del sistema prohibitivo, de la economía nacional. El chauvinismo alemán ha pasado de los hombres a la materia, y así un buen día nuestros caballeros del algodón y nuestros héroes del hierro se vieron transformados o convertidos en patriotas. Por tanto, en Alemania se comienza a reconocer la soberanía del monopolio hacia el interior, porque aquel concede la soberanía hacia el exterior. Por consiguiente, en Alemania se empieza por donde en Francia y en Inglaterra se comienza a terminar. El antiguo estado de cosas de descomposición contra el cual estos Estados se rebelan o sublevan teóricamente y que ahora soportan sólo como se soportan las cadenas, es saludado en Alemania como el alba naciente, o primera luz del amanecer, de un hermoso futuro, que apenas osa o atreve pasar de la sutil teoría a la práctica implacable libre de recatos. Mientras en Francia y en Inglaterra el problema se plantea así: economía política o imperio de la sociedad sobre la riqueza, en Alemania suena así: economía nacional o imperio de la propiedad privada sobre la nacionalidad. Luego, esto significa en Francia y en Inglaterra abolir o suprimir el monopolio, que ha sido empujado o llevado hasta sus últimas consecuencias; y esto significa en Alemania, empujar o llevar hasta sus últimas consecuencias el monopolio. En el primer caso, se trata de una solución y, en cambio, en el segundo caso, y por ahora, de una colisión. He aquí un ejemplo muy a propósito de la forma alemana de los problemas modernos, un ejemplo que nuestra historia, semejante a una recluta inhábil o torpe, hasta ahora sólo tiene la misión y tarea de practicar y repetir historias ya vividas.” (Marx, 1844) «La literatura socialista y comunista de Francia, nacida bajo el yugo de una burguesía dominante y gobernante y como expresión literaria de la lucha librada contra su avasallamiento, fue importada en Alemania en el mismo instante en que la burguesía empezaba a sacudir el yugo del absolutismo feudal. Sin embargo, esta literatura, debido a las particularidades de las condiciones sociales alemanas, careció de cualquier implicación práctica inmediata y terminó adquiriendo, precisamente, un carácter meramente literario. Filósofos, pseudofilósofos y grandes ingenios alemanes se asimilaron codiciosamente aquella literatura, pero olvidando que con las doctrinas no habían pasado la frontera también las condiciones sociales a que respondían. Al enfrentarse con la situación alemana, la literatura socialista y comunista francesa perdió toda su importancia práctica directa, para asumir una fisonomía puramente literaria y convertirse en una ociosa especulación… Esta fue bautizada con los nombres de “filosofía del hecho”, “verdadero socialismo”, “ciencia alemana del socialismo”, “fundamentación filosófica del socialismo”, y otros semejantes. De este modo, la literatura socialista y comunista francesa fue castrada y perdía toda su virilidad. Y como, en manos de los alemanes, no expresaba ya la lucha de una clase contra otra clase, el profesor germano se hacía la ilusión de haber superado el “parcialismo francés”; a falta de verdaderas necesidades pregonaba la necesidad de la verdad, y a falta de los intereses del proletariado mantenía los intereses del ser humano, del hombre en general, de ese hombre que no reconoce clases, que ha dejado de vivir en la realidad para transportarse al cielo vaporoso de la fantasía filosófica.» (Marx, 1848)
@alejandrodidomenica96262 күн бұрын
7) SEGUNDA CONTRIBUCIÓN DEL PARTIDO PROLETARIO REVOLUCIONARIO DE ARGENTINA (Argentina en la que hace ya por lo menos 15 años se violan los derechos humanos): Los señores de la tierra y los señores del capital se valdrán siempre de sus diferencias y privilegios sociales y políticos para defender y perpetuar sus monopolios económicos y para sojuzgar al trabajo. Muy lejos de contribuir a la emancipación del trabajo, continuarán oponiéndole todos los obstáculos posibles. Por lo tanto, la conquista del Poder político ha venido a ser el gran deber de la clase obrera. La dominación política del proletariado y la conquista del Poder político, es decir, de las fuerzas organizadas de la sociedad, por el proletariado, son los medios para lograr la abolición de la lucha de clases y de las clases. La emancipación política del proletariado es el medio para la emancipación humana general y universal. La emancipación de la clase proletaria debe ser obra de los proletarios mismos, de las masas proletarias mismas. Los proletarios deben adoptar la posición de una organización política independiente, que tanto vale decir, en partido político independiente, y no ser apartados de su línea de independencia proletaria. Los proletarios necesitarán conciencia de clase, de sus intereses de clase, de sus objetivos medios y de su fin supremo: la abolición de la lucha de clases y de todas las clases. El movimiento social no excluye el movimiento político. No hay jamás movimiento político que, al mismo tiempo, no sea social. Sólo en un orden de cosas en el que ya no existan clases y antagonismo de clases, las evoluciones sociales dejaran de ser revoluciones políticas. En el fondo de todas las luchas políticas está el antagonismo social de clases. El antagonismo entre el proletariado y la burguesía es la lucha de una clase contra otra clase, es una lucha política, lucha que, llevada a su más alta expresión, implica una revolución total. La burguesía capitalista -vehículo de la gran industria- es una clase revolucionaria, es decir, acelera la revolución social, frente a la aristocracia feudal, esta última empeñada en mantener una posición social que fue creada por una forma de producción ya caduca y es, por consecuencia, conservadora y, más todavía, reaccionaria, pues pretende volver atrás la rueda de la Historia, detener la marcha de la revolución social y frenar el movimiento a cada paso. La burguesía crea y fomenta bajo su régimen una clase que está llamada a derruir todo el orden social heredado; la burguesía engendra un proletariado revolucionario. La burguesía nacional liberal es la burguesía que aún no está en manos del poder político, del poder del Estado; que aún no está constituida políticamente como clase; que aún no conquisto el poder político; que se ha retardado y comienza su lucha contra la aristocracia feudal, y trata de fundar su poder político, en el momento en que, en todos los países desarrollados, la burguesía ya está comprometida en la lucha más violenta contra la clase obrera; y que, por tanto, ya se encuentra también en oposición parcial con el proletariado, con la lucha que de ella resulta, consecuencia del desenvolvimiento industrial y de la dependencia de este país del mercado mundial, antes que la nobleza haya sido expulsada del país. Por tanto, la burguesía nacional liberal deberá luchar contra la aristocracia feudal y la pequeña burguesía, derrocar a las clases reaccionarias, y conquistar el poder político; se verá al poder de la propiedad, es decir, al poder de los propietarios sobre el bien ajeno, realizando un casamiento forzado con el poder político; la dominación burguesa traerá consigo nuevas condiciones políticas, económicas y sociales; la relación de la burguesía nacional liberal con el poder político sólo será pasajera; y la revolución burguesa será la condición y el preludio de una revolución proletaria. La aristocracia feudal no se resigna a abandonar su puesto histórico, pero no advierte que la burguesía moderna, que tanto abomina, es un producto históricamente necesario de su orden social y se olvida de que las circunstancias y condiciones en que ella llevaba a cabo su explotación han desaparecido. Los socialistas aristocráticos feudales reaccionarios quieren restablecer la sociedad feudal, que ha sido destruida -y sigue siéndolo a diario- por la gran industria, el comercio mundial y la sociedad burguesa creada por ambos, y la dominación de la aristocracia, los maestros de gremio y los propietarios de manufacturas, con su séquito de monarcas, funcionarios, soldados y curas, o sea, una sociedad que acarrearía otros males y vicios distintos y peores a los de la sociedad burguesa y que no ofrecería la menor perspectiva de liberación. Todas sus propuestas persiguen, directa o indirectamente, este objetivo; un objetivo absolutamente imposible. Y en la prosaica realidad, se resignan, pese a todas las retóricas ampulosas, a recolectar también los frutos de oro del árbol de la industria y a trocar la nobleza, el amor y el honor caballerescos por el vil tráfico. Con los socialistas aristocráticos feudales reaccionarios confluyen los socialistas clericales reaccionarios; del brazo de los señores feudales van siempre los curas. El proletariado es la única y verdadera clase revolucionaria que se enfrenta a la burguesía, porque surge sobre la base de la gran industria, es el producto propio, genuino y peculiar del desarrollo de la gran industria, es la fuerza productiva más grande de todos los instrumentos de producción, y aspira a establecer las condiciones materiales de producción colectiva en toda la sociedad, ante todo en su propio país, en una escala nacional. Los proletarios son los obreros industriales. Los jornaleros u obreros agrícolas tienen directamente, no indirectamente, los mismos intereses que los obreros industriales. Los obreros industriales deben luchar hombro con hombro con los obreros agrícolas. Las demás clases van pereciendo y desapareciendo con el desarrollo de la gran industria. El proletariado, por la propia naturaleza de las cosas, debe ser sinceramente «revolucionario». Los trabajadores, por su valor, resolución y espíritu de sacrificio, formarán la fuerza principal en la conquista de la victoria. La burguesía frente al proletariado, es decir, la vieja clase revolucionaria frente a la nueva clase revolucionaria, se hace conservadora. La burguesía está acostumbrada a estimar cosas «reales» solamente los intereses que tiene ante sus mismas narices. De hecho esta clase ha concertado en todas partes un compromiso incluso con el feudalismo. Los socialistas burgueses conservadores quieren las condiciones burguesas de vida sin las consecuencias necesarias de estas condiciones, sin los efectos funestos y trágicos de estas condiciones, sin los males, los vicios, las luchas y los peligros que necesariamente surgen de estas condiciones, que inspiran temores en cuanto a la existencia de la sociedad burguesa. Todos ellos quieren la burguesía sin el proletariado, la competencia sin el monopolio, es decir, todos ellos quieren lo imposible. Se encuentran en este bando los economistas, los filántropos, los humanitarios, los que aspiran a mejorar la situación de las clases obreras, los organizadores de actos de beneficencia, las sociedades protectoras de animales, los promotores de campañas contra el alcoholismo, los predicadores y reformadores sociales de toda laya, etc. Toda una serie de elementos modestos, la escala inferior de la clase media que venía perteneciendo a la burguesía, pequeños burgueses de la ciudad y del campo, pequeños industriales, comerciantes y rentistas, artesanos y campesinos, son arruinados por la concurrencia o competencia y absorbidos por el proletariado, caen dentro de sus huestes. La pequeña burguesía de la ciudad y del campo es también explotada y oprimida, y será parte integrante de todas las revoluciones sociales que han de suceder. Todos estos elementos de las clases medias, más todavía los de la escala superior, están empeñados en mantener posiciones sociales que fueron creadas por formas de producción ya caducas y luchan contra la burguesía para salvar de la ruina su existencia como tales clases. Pues, no son revolucionarios, sino conservadores. Más todavía, reaccionarios, pues pretenden volver atrás la rueda de la Historia. La aristocracia feudal no es la única clase derrocada por la burguesía, la única clase cuyas condiciones de vida ha venido a oprimir y matar la sociedad burguesa moderna. Los villanos medievales y los pequeños labriegos fueron los precursores de la moderna burguesía. Y en los países en que la industria y el comercio no han alcanzado un nivel suficiente de desarrollo, esta clase sigue vegetando al lado de la burguesía ascensional. En aquellos otros países en que la civilización moderna alcanza un cierto grado de progreso, ha venido a formarse una nueva clase pequeñoburguesa que flota entre la burguesía y el proletariado y que, si bien gira constantemente en torno a la sociedad burguesa como satélite suyo, se disuelve y no hace más que brindar nuevos elementos al proletariado, precipitados a éste por la concurrencia; al desarrollarse la gran industria llega un momento en que esta parte de la sociedad moderna pierde su substantividad, desaparece por completo como parcela independiente, y se ve suplantada o reemplazada en el comercio, en la manufactura, en la agricultura, por los capataces y los empleados. La pequeña burguesía teme la ruina segura del predominio industrial y político de la burguesía, tanto por la concentración de capitales que ello significa, como porque entraña la formación de un proletariado revolucionario.
@sandracas40754 күн бұрын
JUSTICIA SOCIAL!!!! ❤
@GabrielaSM-gl1mk4 күн бұрын
Me voy a desvelar 12 min mas 😂 pero vale la pena.
@alejandrodidomenica96262 күн бұрын
8) SEGUNDA CONTRIBUCIÓN DEL PARTIDO PROLETARIO REVOLUCIONARIO DE ARGENTINA (Argentina en la que hace ya por lo menos 15 años se violan los derechos humanos): El socialismo pequeño burgués reaccionario no tiene más aspiración que restaurar los antiguos medios de producción y de cambio, y con ellos el régimen antiguo o tradicional de propiedad y la sociedad antigua o tradicional, cuando no pretende volver a encajar por la fuerza los modernos medios de producción y de cambio dentro del marco del régimen de propiedad que hicieron y forzosamente tenían que hacer saltar. En uno y otro caso peca, a la par, de reaccionario y de utópico. En la manufactura, la restauración del régimen gremial, y en la agricultura, la implantación del régimen patriarcal: he ahí sus dos magnas aspiraciones. Los pequeños burgueses, más todavía los de la escala superior de la clase media, pretenden flotar sobre burgueses y proletarios y oscilar constantemente entre el capital y el trabajo, entre el capitalismo y el comunismo. En su lucha contra las fuerzas unidas de los terratenientes y capitalistas grandes, ellos necesitan la ayuda del proletariado y, por tanto, unirse o aliarse con él. Pero no desean la transformación de toda la sociedad. Desean únicamente conservarse como clase, aunque atraviesen un ciclo de miseria espiritual y material, que los trabajadores se queden como están y continúen siendo asalariados, y que la revolución termine tan pronto hayan visto sus aspiraciones más o menos satisfechas. Por eso, detienen la marcha de la revolución, frenan el movimiento a cada paso, y aspiran a corromper al proletariado con la tranquilidad para adormecer su espíritu revolucionario con concesiones y comodidades pasajeras y con falsas esperanzas, y a traicionarlo en la lucha con la asistencia y participación de los adversarios o enemigos haciéndolo retroceder a la condición anterior de oprimido. En una sociedad avanzada, el pequeño burgués, por virtud de la posición que en ella ocupa, se hace economista de una parte y socialista de la otra, es decir, por una parte, se siente deslumbrado por la magnificencia de la gran burguesía y toma de los economistas la necesidad de unas relaciones eternas, y por otra parte, experimenta a la vez simpatía por los sufrimientos del pueblo y toma de los socialistas no revolucionarios esa consideración de que el proletariado sólo es la clase más sufrida y esa ilusión que no les permite ver en la miseria nada más que la miseria, sin advertir su aspecto revolucionario, destructor, que terminará por derrocar a la vieja sociedad. Es al mismo tiempo burgués y pueblo. Consta de “por una parte” y de “por otra parte”. Como tal se nos aparece en sus intereses económicos y, por consiguiente, también en su política y en sus concepciones religiosas, científicas y artísticas. Así se nos aparece en su moral y en todo. Es la contradicción personificada. En su fuero interno se ufana de ser imparcial, de haber encontrado el justo equilibrio, que tiene la pretensión de distinguirse del término medio. Ese pequeño burgués diviniza la contradicción, porque la contradicción constituye el fondo de su ser. Él no es otra cosa que la contradicción social en acción. Debe justificar teóricamente lo que él mismo es en la práctica. Pretende ser la síntesis y no es más que un error compuesto. “Que este eclecticismo alcanzará una altura hasta ahora no supuesta y sospechada, lo garantiza, especialmente, la glotonería político-estética, la cual piensa y aspira a representar todas las partes de la realidad.” (Marx, 1844) Sin embargo, no son conservadores y reaccionarios necesaria e inevitablemente. Son revolucionarios únicamente por cuanto tienen ante sí la perspectiva de su tránsito al proletariado; y con esa actitud no defienden sus intereses actuales, sino los futuros, y se despojan de su posición propia para abrazar la del proletariado. La pequeña burguesía es también explotada y oprimida, y será parte integrante de todas las revoluciones sociales que han de suceder. “La clase obrera es únicamente la clase revolucionaria que se enfrenta a la burguesía sólo en algunos casos excepcionales, por ejemplo, en una revolución del proletariado como la Comuna, o en un país donde no ha sido la burguesía sola la que ha creado el Estado y la sociedad a su imagen y semejanza, sino que después de ella ha venido la pequeña burguesía democrática y ha llevado hasta sus últimas consecuencias el cambio operado.” (Engels, 1875) Los pequeños campesinos y los pequeños burgueses de la ciudad se encuentran sólo en la fase de transformación en proletariado y, en lo tocante a la satisfacción de sus intereses políticos, dependen cada vez más del proletariado, por cuya razón han de adherirse pronto a las reivindicaciones de éste. Los socialistas democráticos reformistas son proletarios que no ven todavía con suficiente claridad las condiciones de su liberación, o son representantes de la pequeña burguesía, es decir, de la clase que, hasta la conquista de la democracia y la aplicación de las medidas socialistas dimanantes de ésta, tiene en muchos aspectos los mismos intereses que los proletarios, en los países en donde la burguesía ya conquistó el poder político, el poder del Estado, y ya domina al conjunto de la sociedad. Tanto más se acercan los demócratas pequeños burgueses a los objetivos de los revolucionarios proletarios, en las medidas socialistas que los demócratas pequeños burgueses defienden en todas partes, cuanto más clara y explícitamente defienden los intereses del proletariado y cuanto más se apoyan en el proletariado. Los jornaleros u obreros agrícolas, que han reemplazado a los campesinos propietarios que han desaparecido desplazados por los arrendatarios capitalistas que trabajan industrialmente la agricultura, tienen directamente, no indirectamente, los mismos intereses que los obreros industriales. Los obreros industriales deben luchar hombro con hombro con los obreros agrícolas. El lumpemproletariado o proletariado andrajoso, el producto pasivo de la putrefacción de las capas más bajas de la vieja sociedad, se verá arrastrado en parte al movimiento por una revolución proletaria, si bien las condiciones todas de su vida lo hacen más propicio a dejarse comprar por la reacción para servir a sus maniobras, como instrumentos de manejos reaccionarios. Una pequeña parte de la clase dominante, en aquellos períodos en que la lucha de clases está a punto de decidirse y es tan violento, tan agudo y tan claro el proceso de desintegración de esa clase latente en el seno de la antigua o vieja sociedad, se desprende de ella y abraza la causa revolucionaria, pasándose a la clase que tiene en sus manos el porvenir. Y así como antes, una pequeña parte de la nobleza se pasaba a la burguesía, ahora, una pequeña parte de la burguesía se pasa al proletariado. Y también pasan al campo del proletariado, los intelectuales e ideólogos que en el tránsito rompen la marcha porque se han elevado al análisis y comprensión teórica del movimiento y curso de la Historia y han logrado ver claro en sus derroteros. Pues, todas las clases sociales contribuyen a nutrir las filas del proletariado. Es "posible" que individuos particulares no siempre sean determinados por la clase a la cual pertenecen; pero este hecho es tan poco decisivo para la lucha de clases como lo fue para la revolución francesa el paso de algunos nobles al Tercer Estado. Y, además, esos nobles al menos se unían a una clase, a la clase revolucionaria, a la burguesía. Las condiciones de existencia y de vida de la vieja sociedad aparecen ya destruidas en las condiciones de existencia y de vida del proletariado. Bajo determinadas condiciones, una clase de la sociedad puede y debe ser llamada a representar todos los intereses de una nación y, por tanto, gobernar políticamente esta nación. Por consiguiente, el proletariado deberá representar todos los intereses de la nación y gobernar políticamente la nación. Hoy, toda la sociedad tiende a separarse, cada vez más abiertamente, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases antagónicas: la burguesía y el proletariado. La lucha de clases es la fuerza directamente propulsora de la historia y, particularmente, la lucha de clases entre la burguesía y el proletariado es la gran palanca de la revolución social moderna. Tesis, Posición o Afirmación: Burgueses o Capitalistas. Antítesis, Oposición o Negación de la afirmación: Proletarios u Obreros. Síntesis, Combinación o Negación de la negación: Comunismo.
@auroraboreal17404 күн бұрын
Tiene usted toda la razón, con las dictaduras liberales . Europa más que una democracia es una deudocracia, pero es lo mismo para todo el occidente global. Una pregunta amigo Carlos , no tengo la suerte de conocer España y me llama la atención el paisaje hermoso que lo enmarca. ¿ Cómo se llama el lugar?
@carlosmartinezblay1114 күн бұрын
@@auroraboreal1740 es la costa andaluza cerca de Almería
@alejandrodidomenica96262 күн бұрын
6) SEGUNDA CONTRIBUCIÓN DEL PARTIDO PROLETARIO REVOLUCIONARIO DE ARGENTINA (Argentina en la que hace ya por lo menos 15 años se violan los derechos humanos): Hasta hoy, toda sociedad descansó en el antagonismo entre las clases opresoras y las oprimidas. La existencia de una clase oprimida es la condición vital de toda sociedad fundada en el antagonismo de clases. Para poder oprimir a una clase es menester asegurarle, por lo menos, las condiciones indispensables de vida, pues de otro modo se extinguiría, y con ella su esclavizamiento. El siervo de la gleba se vio exaltado a miembro del municipio o comuna bajo el régimen de la servidumbre sin salir de él, como el villano o pequeño burgués convertido en burgués bajo el yugo del absolutismo feudal. La situación del obrero moderno es muy distinta, pues lejos de mejorar o ascender conforme progresa la industria, empeora o desciende por debajo de las condiciones de existencia de su propia clase. El obrero se depaupera, y el pauperismo se desarrolla en proporciones mucho mayores que la población y la riqueza. He ahí una prueba palmaria o clara de la incapacidad de la burguesía para seguir gobernando la sociedad e imponiendo a ésta por norma o ley reguladora las condiciones de vida de su clase. Es incapaz de gobernar, porque es incapaz de garantizar o asegurar a sus esclavos la existencia dentro de las mismas condiciones de la esclavitud, porque se ve forzada u obligada a dejarlos caer y llegar hasta una situación de desamparo en que no tiene más remedio que mantenerlos, cuando son ellos quienes debieran mantenerla a ella. La sociedad no puede seguir viviendo bajo el imperio de esa clase; la existencia y la vida de la burguesía se ha hecho contradictoria e incompatible con la de la sociedad. Pues, ¿dónde está la posibilidad positiva de la emancipación? La riqueza de una parte de la clase poseedora se destruye continuamente formando un proletariado que crece sin cesar. La mayoría de la clase desposeída y una parte de la clase poseedora anterior se desarrollan para formar una nueva clase, el proletariado. El proletariado es el elemento o representante negativo de la sociedad. La vieja sociedad va a disolverse en el proletariado. El proletariado es un estado social que es la disolución y desaparición de todos los estados sociales. El proletariado es la disolución práctica de todo el orden universal de cosas hasta ahora existente. El proletariado comienza a formarse con el invasor movimiento y proceso industrial, porque el proletariado no está constituido por la pobreza surgida naturalmente, sino por la producida artificialmente; por la disminución de la pobreza absoluta y el aumento de la pobreza relativa; por el mejoramiento de su situación material y el empeoramiento de su situación social. El proletariado está constituido por la masa que surge y brota de la disolución aguda de la sociedad, especialmente de la disolución de la clase media pequeño-burguesa que flota entre la burguesía y el proletariado, y si bien ésta gira constantemente en torno a la sociedad burguesa como satélite suyo, no hace más que brindar nuevos elementos al proletariado, precipitados a éste por la concurrencia o competencia; aunque también la pobreza natural y la servidumbre de siervos vayan incorporándose gradualmente a sus filas. Cuando el proletariado anuncia y proclama la disolución de todo el orden universal hasta ahora existente, expresa y pregona sólo el secreto de su ser, puesto que éste es la disolución práctica de aquel orden universal de cosas. Cuando el proletariado reclama la negación de las relaciones de producción burguesas, sólo eleva como principio de la sociedad lo que ya la sociedad ha elevado como su principio, lo que en él, sin su intervención y cooperación, está ya personificado como resultado negativo de la sociedad. El proletariado, en relación al mundo que se va formando, llama al pueblo su pueblo. El proletariado vale por toda la sociedad; porque en el proletariado todos los defectos y fallas de la sociedad se encuentran concentrados y condensados; porque el proletariado es el estado social contra el cual es dirigido el ataque de todos, es la clase que resume en sí la repulsa general, es la incorporación de la traba impuesta a todos, del obstáculo general; porque el proletariado es la esfera social que aparece y es considerada como el delito o crimen notorio y conocido de toda la sociedad; porque el proletariado es una clase radicalmente encadenada y esclavizada, condenada a soportar todos los inconvenientes de la sociedad sin gozar de sus ventajas, y que se ve expulsada de la sociedad y obligada a colocarse en la más resuelta contradicción con todas las demás clases; porque el proletariado es una esfera de la sociedad que obtiene de sus sufrimientos universales un carácter universal, y no reclama o alega ningún derecho especial porque ella no padece una injusticia social, sino la injusticia en sí, no se comete contra ella ningún desafuero especial, sino el desafuero puro y simple; porque el proletariado es el completo o total aniquilamiento del hombre y sólo puede rehacerse con la completa o total rehabilitación del hombre; porque una revolución radical sólo puede ser la revolución de necesidades radicales, y el proletariado es una clase que siente la necesidad de una emancipación general o universal y la capacidad de realizarla porque es constreñida u obligada por su situación o condición inmediata, por la necesidad material, por sus propias cadenas, y que no renuncia a ser todo porque no es nada; porque no se puede hacer una revolución sin cumplirla por la base, no se puede revolucionar sin revolucionar desde el fundamento mismo, y el proletariado es una clase que forma la mayoría de todos los miembros de la sociedad y de la que nace la conciencia de que es necesaria una revolución radical, la conciencia comunista, conciencia que, naturalmente, puede llegar a formarse también entre las otras clases, al contemplar la posición en que se halla colocada ésta, o al elevarse al análisis y a la comprensión teórica del movimiento y el curso de la Historia; y porque el proletariado es una esfera de la sociedad que no se puede ya emancipar sin emanciparse de todas las demás esferas de la sociedad y, a su vez, sin emanciparlas a todas ellas. La liberación o emancipación del proletariado aparece como la autoliberación o autoemancipación general y universal cumplida por obra propia. Toda la servidumbre humana está encerrada en la relación de trabajador con la producción, y todas las relaciones serviles son sólo modificaciones y consecuencias de esta relación. No se puede romper o abatir ningún tipo de servidumbre sin romper o abatir todo tipo de servidumbre en general. El despojo, la privación o la carencia de medios de producción, de trabajo, de subsistencia o de vida, con su dependencia, dominación, explotación, opresión, sometimiento o sojuzgamiento económico del trabajador a los grandes señores de la tierra y del capital, a los monopolizadores de los objetos y medios de trabajo y de producción, es decir, de las fuentes de vida, es la base de la servidumbre en todas sus formas, de toda miseria social, dependencia política y degradación intelectual. Por lo tanto, la emancipación de los proletarios o trabajadores es condición de la emancipación humana general y universal. La condición de la emancipación humana general y universal es la emancipación de la clase proletaria. Las condiciones de la emancipación de la clase proletaria son la abolición de la lucha de clases y de todas las clases; la abolición de las diferencias, los privilegios y los monopolios de clase; el establecimiento de la sociedad sin clases; el establecimiento de derechos y deberes iguales; y la emancipación de todas las clases. De cada cual según sus capacidades; a cada cual según sus necesidades. No más deberes sin derechos; no más derechos sin deberes. Para que una clase determinada sea la clase libertadora por excelencia, otra clase debe, por lo tanto, ser la clase sujetadora u opresora evidentemente. El valor general negativo de la nobleza y la clerecía francesas determinaba el valor general positivo de la burguesía, que era una realidad, la clase primeramente delimitadora y contrapuesta a aquéllas. El valor general negativo de la burguesía determina el valor general positivo del proletariado. Las clases dominantes, a la vez que, disfrutan de las diferencias, los privilegios y los monopolios de clase, sufren las consecuencias de sus prejuicios, antipatías y odios hacia las clases obreras. La lucha por la emancipación de la clase obrera no es una lucha por diferencias, privilegios y monopolios de clase, sino por la abolición de diferencias, privilegios y monopolios de clase. Con la abolición de las diferencias, los privilegios y los monopolios de clase desaparecerán por sí mismas las desigualdades sociales y políticas que de ellas emanan.
@alejandrodidomenica96262 күн бұрын
10) SEGUNDA CONTRIBUCIÓN DEL PARTIDO PROLETARIO REVOLUCIONARIO DE ARGENTINA (Argentina en la que hace ya por lo menos 15 años se violan los derechos humanos): La existencia de una clase oprimida es la condición vital de toda sociedad fundada en el antagonismo de clases. La emancipación de la clase oprimida implica, necesariamente, la creación de una sociedad nueva. Para que la clase oprimida pueda liberarse, es preciso que las fuerzas productivas ya adquiridas y las relaciones sociales vigentes no puedan seguir existiendo unas al lado de otras. La fuerza productiva más grande de todos los instrumentos de producción es la propia clase revolucionaria. La organización de los elementos revolucionarios como clase supone la existencia de todas las fuerzas productivas que podían engendrarse en el seno de la vieja sociedad. Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más elevadas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado dentro de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, porque, mirando mejor, se encontrará siempre que estos objetivos sólo surgen cuando ya se dan o, por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización. La liberación real no es posible si no es en el mundo real y con medios reales, no se puede abolir la esclavitud sin la máquina de vapor y la mule jenny, no se puede abolir el régimen de la servidumbre sin una agricultura mejorada, en general, no se puede liberar a los hombres mientras no estén en condiciones de asegurarse plenamente comida, bebida, vivienda y ropa de adecuada calidad y en suficiente cantidad. La «liberación» es un acto histórico y no mental, y conducirán a ella las relaciones históricas, el estado de la industria, del comercio, de la agricultura,… Partiendo de los instrumentos de producción se nos revela la necesidad de la propiedad privada para ciertas fases industriales. En la industria extractiva -recolección de frutos, pastoreo, caza, pesca, etc.- que es la industria más simple, menos costosa y con la que el hombre comenzó, la propiedad privada coincide todavía con el trabajo; en la pequeña industria y en toda la agricultura hasta hoy día, la propiedad privada es consecuencia necesaria de los instrumentos de producción existentes; sólo en la gran industria, la contradicción entre el instrumento de producción y la propiedad privada es un producto de la industria, y hace falta que, para poder engendrarlo, la gran industria se halle ya bastante desarrollada. Por tanto, sólo con ella surge la posibilidad de la abolición de la propiedad privada. Se ha manifestado la diferencia entre los instrumentos de producción creados por la naturaleza o naturales y los creados por la civilización o civilizados. El campo (lo mismo que el agua, etc.) puede considerarse como instrumento natural de producción. En el primer caso, cuando se trata de un instrumento natural de producción, los individuos se ven subordinados a un producto de la naturaleza; en el segundo caso, cuando se trata de un instrumento civilizado de producción, los individuos se ven subordinados a un producto del trabajo. Por eso, en el primer caso, la propiedad (propiedad territorial) aparece también como un poder directo y surgido de la naturaleza, y en el segundo caso, la propiedad aparece como poder del trabajo, especialmente, del trabajo acumulado, del capital. El primer caso presupone que los individuos aparezcan agrupados por cualquier vínculo, ya sea el de la familia, el de la tribu, el de la tierra, etc.; en el segundo caso, en cambio, se los supone a los individuos independientes los unos de los otros y relacionados solamente por medio del intercambio. En el primer caso, el intercambio es, fundamentalmente, un intercambio entre los hombres y la naturaleza, en el que se trueca el trabajo de los primeros por los productos de la última; en el segundo caso, se trata, más que nada, de intercambio entre los hombres. En el primer caso, basta el sentido común y corriente, la actividad física no se ha separado aún del todo de la intelectual; en el segundo caso, tiene que haberse ya llevado prácticamente a cabo la división entre el trabajo físico y el intelectual. En el primer caso, el poder del propietario sobre quienes no lo son puede descansar en relaciones personales, en una especie de comunidad; en el segundo caso, el poder del propietario sobre quienes no lo son tiene necesariamente que haber cobrado forma material en un tercer objeto, en el dinero. En el primer caso, existe la pequeña industria, pero subordinada al empleo del instrumento natural de producción y, por tanto, sin distribución del trabajo entre diferentes individuos; en el segundo caso, existe la gran industria, pero subordinada al empleo del instrumento civilizado de producción y, por tanto, se basa en la división del trabajo y sólo se realiza por medio de ésta. “Entre los salvajes cada familia tiene su cueva o cabaña propia, lo mismo que los nómadas poseen su tienda. Esta economía doméstica individual se hace todavía más necesaria en virtud del ulterior desarrollo de la propiedad privada. Entre los pueblos agrícolas, la economía doméstica en común es tan imposible como el cultivo de la tierra en común. Un gran paso adelante ha sido la construcción de las ciudades. No obstante, en todos los períodos anteriores, la abolición de la economía individual, inseparable de la supresión de la propiedad privada, era imposible ya por la sencilla razón de que no existían para ello las condiciones materiales. La organización de la economía doméstica en común implica el desarrollo de la maquinaria, la utilización de las fuerzas naturales y de muchas otras fuerzas productivas, como, por ejemplo, el agua corriente en las casas, el alumbrado de gas, la calefacción de vapor, etc., la supresión de la [oposición] entre la ciudad y el campo. Sin estas condiciones, la economía común no llegará, a su vez, a ser una nueva fuerza productiva, estará privada de toda base material, se asentará en una base puramente teórica, es decir, será un mero capricho y no conducirá más que a una economía de monasterio. No ha sido posible más que la concentración en las ciudades y la construcción de edificios comunales para varios fines concretos (cárceles, cuarteles, etc.).” (Marx) Prescindiendo de las diferencias que se dan en las energías naturales y en la destreza adquirida para el trabajo entre los distintos pueblos, las fuerzas productivas del trabajo dependerán, principalmente: 1) De las condiciones naturales del trabajo: fertilidad del suelo, riqueza de los yacimientos mineros, etc. 2) Del perfeccionamiento progresivo de las fuerzas sociales del trabajo, por efecto de la producción en gran escala, de la concentración del capital, de la combinación del trabajo, de la división del trabajo, la maquinaria, los métodos perfeccionados de trabajo, la aplicación de la fuerza química y de otras fuerzas naturales, la reducción del tiempo y del espacio gracias a los medios de comunicación y de transporte, y todos los demás inventos mediante los cuales la ciencia obliga a las fuerzas naturales a ponerse al servicio del trabajo y se desarrolla el carácter social o cooperativo de éste. La gran industria y la competencia funden todas las condiciones de existencia, condicionalidades y unilateralidades de los individuos bajo las dos formas más simples: la propiedad privada y el trabajo. Con el dinero, se establece como algo fortuito para los individuos toda forma de relación y la propia relación. Por tanto, ya en el dinero va implícito el que toda relación anterior sólo era relación de los individuos en determinadas condiciones, y no de los individuos en cuanto tales individuos. Y estas condiciones se reducen a dos: trabajo acumulado, es decir, propiedad privada, y trabajo real. Al desaparecer estas dos condiciones o una sola de ellas, se paraliza la relación. Los propios economistas modernos, como por ejemplo Sismondi, Cherbuliez, etc., contraponen la asociación de individuos a la asociación de capital. De otra parte, los individuos mismos quedan completamente sujetos a la división del trabajo y reducidos, con ello, a la más completa dependencia de los unos con respecto a los otros. La propiedad privada, en la medida en que se enfrenta al trabajo, dentro de éste, se desarrolla partiendo de la necesidad de la acumulación y, aunque en sus comienzos presente cada vez más marcada la forma de la comunidad, va acercándose más y más, en su desarrollo ulterior, a la moderna forma de la propiedad privada. La división del trabajo sienta ya de antemano las premisas para la división de las condiciones de trabajo, las herramientas y los materiales y, con ello, para la diseminación del capital acumulado entre diferentes propietarios y, por consiguiente, también para su disyunción, entre el capital y el trabajo y para las diferentes formas de la misma propiedad. Cuanto más se desarrolle la división del trabajo y crezca la acumulación, más se agudizará también esa disyunción. El trabajo mismo sólo podrá existir bajo el supuesto de ella.
@sissic84594 күн бұрын
Efectivamente nos quieren tener engañados y anestesiados,no a todos, afortunadamente.Pero cuál puede ser la respuesta de los ciudadanos que estamos en contra de la situación actual? Porque no veo mucho margen de actuación.
@carlosmartinezblay1114 күн бұрын
@@sissic8459 creo que si lo hay pero hay que trabajar y organizar
@carlosmartinezblay1114 күн бұрын
@@sissic8459 estamos en ello, si te interesa te invito
@alejandrodidomenica96262 күн бұрын
4) SEGUNDA CONTRIBUCIÓN DEL PARTIDO PROLETARIO REVOLUCIONARIO DE ARGENTINA (Argentina en la que hace ya por lo menos 15 años se violan los derechos humanos): La producción industrial moderna, el moderno yugo del capital, despoja al proletariado todo carácter nacional. Los proletarios no tienen patria. Mal se les puede quitar lo que no tienen. Sin embargo, siendo el deber inmediato del proletariado la conquista del Poder político, su exaltación a clase nacional, a clase dirigente de la nación, a nación, es evidente que también en él reside un sentido nacional, aunque ese sentido no coincida ni mucho menos con el de la burguesía. Por su forma, aunque no por su contenido, la lucha del proletariado contra la burguesía empieza siendo nacional. La clase obrera, para poder luchar, tiene que organizarse como clase en su propio país, ya que éste es la palestra inmediata de su lucha. Es lógico que el proletariado de cada país ajuste ante todo las cuentas con su propia burguesía. Por un lado, ya el propio desarrollo de la burguesía, la gran producción industrial moderna, el mercado mundial moderno, la libre competencia, el libre cambio, la uniformidad reinante en la producción industrial capitalista, con las condiciones de vida que engendra, se encargan de acabar con el exclusivismo natural y primitivo de regiones y naciones aisladas; de acabar con el antiguo aislamiento y la autarquía de las regiones y de las naciones; de borrar más y más las diferencias y antagonismos nacionales; de acabar con el carácter propio y peculiar de las distintas nacionalidades; de corroer y borrar las nacionalidades. Pero, por otro lado, las clases dominantes mantienen o conservan artificialmente despierto el antagonismo entre los proletarios de distintas nacionalidades dentro de cada nación, dentro de cada centro industrial y comercial, con prejuicios y sentimientos de antipatías u odios raciales, sexuales, religiosos, culturales, sociales o nacionales. Lo fomenta o alimenta mediante la difamación y lo acentúa por todos los medios a disposición. Este antagonismo, esta división o escisión del proletariado, es el secreto de la impotencia de la clase proletaria en cada nación en su lucha por la emancipación, o para apoyar a la clase proletaria de otra nación en su lucha por la emancipación común, a pesar de su organización. El ardor revolucionario del obrero de la nación dominada no se une armoniosamente a la naturaleza positiva, pero lenta, del obrero de la nación dominante. El carácter del pueblo de la nación dominada es más revolucionario y está más exasperado que el de la nación dominante. El obrero de la nación dominante se siente hacia el obrero de la nación dominada como un miembro de la nación dominante y por lo tanto se convierte a sí mismo en la herramienta de sus aristócratas y capitalistas contra la nación dominada, y fortalece así el dominio de aquellos sobre él. Tiene prejuicios contra él y siente una antipatía racial, sexual, religiosa, cultural, social y nacional hacia él. Lo mira y se comporta con él como los blancos pobres con los negros esclavos de la Unión Americana, como los obreros ingleses con los obreros irlandeses de la Gran Bretaña. Mientras los trabajadores de la Unión Americana permitían a los esclavistas denigrar su propia república, mientras se pavoneaban del privilegio que tenían de poder venderse a sí mismo y de elegirse el amo, no estaban en condiciones de lograr la verdadera libertad del trabajo ni de prestar apoyo a sus hermanos del mundo en la lucha por la emancipación. El obrero de la nación dominante odia al obrero de la nación dominada, al que considera como un rival, como competidor que reduce el salario y el nivel de vida. El obrero de la nación dominada le paga con la misma moneda. Ve en el obrero de la nación dominante tanto un cómplice como al estúpido instrumento del dominio extranjero en su país. Un pueblo que oprime a otro pueblo forja sus propias cadenas. La unión y triunfo del proletariado acabará de hacerlos desaparecer, a los antagonismos y a los prejuicios y sentimientos de antipatías u odios. La acción conjunta de los proletarios, al menos en las naciones civilizadas, es una de las condiciones primordiales de su emancipación. De acuerdo con la ley inmutable de la historia, los conquistadores bárbaros (o de civilización inferior) son conquistados por la civilización superior de los pueblos sojuzgados por ellos, no resultan inmunes a la acción de estos últimos. De acuerdo con la ley mutable de la historia, los conquistadores civilizados (o de civilización superior) no son conquistados por la civilización inferior de los pueblos sojuzgados por ellos, resultan inmunes a la acción de estos últimos. En un país nativo bárbaro, la invasión, intromisión, dominación y conquista extranjera, burguesa, industrial, civilizada, produce una gran revolución social al hacer saltar la base económica. Esta conquista civilizada tiene que cumplir en él una doble misión, por un lado destructora, y por otro lado regeneradora. Tiene que destruir la vieja sociedad y sentar las bases materiales de la nueva sociedad. Y podemos estar seguros de ver en un futuro más o menos lejano la regeneración de este país. Pero, todo cuanto se vea obligada a hacer la burguesía industrial en ese país, no emancipará a las masas populares, ni mejorará sustancialmente su condición social, pues tanto lo uno como lo otro, no sólo dependen del desarrollo de las fuerzas productivas, sino de su apropiación por el pueblo. Lo que sí no dejará de hacer la burguesía industrial es sentar las premisas materiales necesarias para la realización de ambas empresas. ¿Cuándo la burguesía ha realizado algún progreso sin arrastrar a individuos aislados y a pueblos enteros por la sangre y el lodo, la miseria y la degradación? Los nativos no podrán recoger los frutos de los nuevos elementos de la sociedad, que ha sembrado entre ellos la burguesía industrial, mientras en la misma metrópoli las actuales clases gobernantes no sean desalojadas por el proletariado industrial, o mientras los propios nativos no sean lo bastante fuertes para acabar de una vez y para siempre con el yugo colonial extranjero. “Los árabes, los turcos, los tártaros y los mogoles que conquistaron sucesivamente la India, fueron rápidamente hinduizados. Los ingleses fueron los primeros conquistadores de civilización superior a la hindú, y por eso resultaron inmunes a la acción de esta última. Los británicos destruyeron la civilización hindú al deshacer las comunidades nativas, al arruinar por completo la industria indígena y al nivelar todo lo grande y elevado de la sociedad nativa. Las páginas de la historia de la dominación inglesa en la India apenas ofrecen algo más que destrucciones. Tras los montones de ruinas a duras penas puede distinguirse su obra regeneradora. Y sin embargo, esa obra ha comenzado. La unidad política de la India, más consolidada y extendida a una esfera más amplia que en cualquier momento de la dominación de los grandes mogoles, era la primera condición de su regeneración. Esa unidad, impuesta por la espada británica, se verá ahora fortalecida y perpetuada por el telégrafo eléctrico. El ejército hindú, organizado y entrenado por los sargentos ingleses, es una condición sine qua non para que la India pueda conquistar su independencia y lo único capaz de evitar que el país se convierta en presa del primer conquistador extranjero. La prensa libre, introducida por vez primera en la sociedad asiática y dirigida fundamentalmente por una descendencia cruzada de hindúes y europeos, es un nuevo y poderoso factor de la reconstrucción. Incluso los zamindares y los ryotwares, por execrables que sean, representan dos formas distintas de propiedad privada de la tierra, tan ansiada por la sociedad asiática. Los indígenas, educados de mala gana y a pequeñas dosis por los ingleses en Calcuta, constituyen el origen de una nueva clase que reúne los requisitos necesarios para gobernar el país e imbuida de ciencia europea. El vapor estableció una comunicación rápida y regular entre la India y Europa y conectó sus principales puertos con todos los puertos de los mares del Sur y del Este, contribuyendo así a sacar a la India de su aislamiento, primera condición del estancamiento que sufre el país. No está lejano el día en que una combinación de barcos y ferrocarriles reduzca a ocho días de viaje la distancia entre Inglaterra y la India. Y entonces, ese país en un tiempo fabuloso habrá quedado realmente incorporado al mundo occidental." (Marx)
@violetapazzamoranorivera27713 күн бұрын
Chile tiene amplios acuerdos con la UE, en base a turismo, agricultura y supuesta cooperación tecnologica... Nos venden a europa como la gran panacea a la cual aspirar. Chile es un país en crisis social y económica desde 1973
@marcelinaguerrero99564 күн бұрын
💙🤍❤️🇲🇽
@idelinaporaortiz79764 күн бұрын
Interesante pero,pero,alguien se jugaria
@alejandrodidomenica96262 күн бұрын
3) SEGUNDA CONTRIBUCIÓN DEL PARTIDO PROLETARIO REVOLUCIONARIO DE ARGENTINA (Argentina en la que hace ya por lo menos 15 años se violan los derechos humanos): “Hay otra circunstancia: como todo ha pasado a ser monopolio, existen en nuestros días algunas ramas de industria que predominan sobre todas las demás y que aseguran a los pueblos que más se dedican a ellas el dominio en el mercado mundial. Así, por ejemplo, en el comercio internacional el algodón tiene más valor comercial que todas las demás materias primas juntas empleadas en la fabricación de vestidos. Causa verdaderamente risa ver cómo los librecambistas escogen algunos tipos especiales de producción en cada rama industrial para colocarlos en la balanza con los productos de uso común, que se fabrican a más bajo coste en los países donde la industria ha alcanzado el mayor desarrollo.” (Marx, 1848) Nada de extraño tiene que los librecambistas sean incapaces de comprender cómo un país puede enriquecerse a costa de otro, pues estos mismos señores tampoco quieren comprender cómo en el interior de un país una clase puede enriquecerse a costa de otra. No os dejéis engañar por la palabra abstracta de libertad. ¿Libertad de quién? No es la libertad de cada individuo con relación a otro individuo. Por libertad se entiende, dentro de las condiciones burguesas de producción, la libre concurrencia o competencia, el libre cambio de mercancías, el libre cambio entre el capital y el trabajo, la libertad de comprar y vender, la libertad del capital para explotar el trabajo asalariado, la libertad del capital para machacar al trabajador. ¿Cómo podéis refrendar la libre concurrencia con la idea de libertad, cuando esta libertad no es más que el producto de un estado de cosas basado en la libre concurrencia? La apología del libre cambio sólo tiene sentido y razón de ser en cuanto significa la emancipación de las trabas y la servidumbre de la Edad Media, pero no ante la abolición comunista del cambio, de las condiciones burguesas de producción y de la propia burguesía. Desaparecidos la competencia y el cambio, desaparecerán también, forzosamente, la libre competencia y el libre cambio. En los sustitutivos de la comunidad que hasta ahora han existido, en el Estado, etc., la libertad personal sólo existe para los individuos desarrollados dentro de las relaciones de la clase dominante y sólo tratándose de individuos de esta clase. La aparente comunidad en que se han asociado hasta ahora los individuos ha cobrado siempre una existencia propia e independiente frente a ellos y, por tratarse de la asociación de una clase en contra de otra, no sólo es, al mismo tiempo, una comunidad puramente ilusoria para la clase dominada, sino también una nueva traba. El sometimiento de los individuos a la clase es el mismo fenómeno que el sometimiento de los diferentes individuos a la división del trabajo, y para eliminarlo no hay otro camino que la abolición de las relaciones de producción burguesas. Y no es posible suprimir la clase y la división del trabajo sin la comunidad real. Solamente dentro de la comunidad real tiene todo individuo los medios necesarios para desarrollar sus dotes en todos los sentidos; por tanto, solamente dentro de la comunidad real es posible la libertad personal. Dentro de la comunidad real, los individuos adquieren su libertad al asociarse y por medio de la asociación. La relación de comunidad en que entran los individuos de una clase, relación condicionada por sus intereses comunes frente a un tercero, es siempre una comunidad a la que pertenecen estos individuos solamente como individuos medios, solamente en cuanto viven dentro de las condiciones de existencia de su clase; es decir, una relación que no los une en cuanto tales individuos, sino en cuanto miembros de una clase. Las condiciones de libre desarrollo y movimiento de los individuos hasta ahora se hallan a merced del azar y han cobrado existencia propia e independiente frente a los diferentes individuos, precisamente por la separación de éstos como individuos, y que luego, con su necesaria asociación merced a la división del trabajo, es sencillamente una asociación (de ningún modo arbitraria, sino necesaria) acerca de estas condiciones, dentro de las cuales logran luego los individuos el disfrute de la casualidad. A este derecho a disfrutar libremente, dentro de ciertas condiciones, de lo que ofreciera el azar se le llama, hasta ahora, libertad personal. Estas condiciones de existencia sólo son, naturalmente, las fuerzas productivas y las formas de relación existentes en cada caso. En cambio, con la comunidad de los proletarios revolucionarios, que toman bajo su control sus condiciones de existencia y las de todos los miembros de la sociedad, toman parte los individuos en cuanto tales individuos. Esta comunidad real es, precisamente, la asociación de los individuos (partiendo de la premisa de las fuerzas productivas tal y cómo ahora se han desarrollado), que entrega a su control las condiciones de libre desarrollo y movimiento de los individuos. Los individuos han partido siempre de sí mismos, aunque, naturalmente, dentro de sus condiciones y relaciones históricas dadas. Pero, en el curso del desarrollo histórico, y precisamente por medio de la sustantivación de las relaciones sociales que es inevitable dentro de la división del trabajo, se acusa una diferencia entre la vida de cada individuo, en cuanto se trata de su vida personal, y esa misma vida supeditada a una determinada rama del trabajo y a las correspondientes condiciones. (Lo que no debe entenderse en el sentido de que, por ejemplo, el rentista, el capitalista, etc., dejen de ser personas, sino en el de que su personalidad se halla condicionada y determinada por relaciones de clase muy concretas, y la diferencia sólo se pone de manifiesto en contraposición con otra clase y, con respecto a ellas mismas, solamente cuando se presenta la bancarrota). Tratándose de los proletarios, su propia condición de vida, el trabajo, y con ella, todas las condiciones de existencia de la sociedad actual, se han convertido para ellos en algo fortuito, sobre lo que cada proletario de por sí no tiene el menor control y sobre lo que no puede darle tampoco el control ninguna organización social, y la contradicción entre la personalidad del proletario individual y su condición de vida, tal como le viene impuesta, es decir, el trabajo, se revela ante él mismo, sobre todo porque se ve sacrificado ya desde su infancia y porque dentro de su clase no tiene la menor probabilidad de llegar a obtener las condiciones que le coloquen en otra situación. Los proletarios, para hacerse valer personalmente, necesitan acabar con su propia condición de existencia anterior, que es, al mismo tiempo, la de toda la anterior sociedad. Por tanto, se hallan también en contraposición directa con la forma en que hasta ahora los individuos componentes de la sociedad se manifestaban en conjunto con el Estado. En la sociedad burguesa, se reserva al capital toda libertad, personalidad e iniciativa; el individuo trabajador carece de libertad, personalidad e iniciativa. Los comunistas aspiramos a ver abolidas la libertad, la personalidad, la iniciativa y la independencia burguesas. No creáis que al criticar la libertad comercial tengamos el propósito de defender el sistema proteccionista. Se puede ser adversario del moderno régimen sin ser partidario del antiguo régimen. El sistema proteccionista no es sino un medio de establecer en un pueblo la gran industria, es decir, de hacerle depender del mercado mundial; pero desde el momento en que depende del mercado mundial, depende ya más o menos del libre cambio. Además, el sistema proteccionista contribuye a desarrollar la libre concurrencia en el interior de un país. Por eso vemos que, en los países donde la burguesía comienza a hacerse valer como clase, realiza grandes esfuerzos para lograr aranceles protectores. Para ella son armas contra el feudalismo y contra el poder absoluto; son para ella un medio de concentrar sus fuerzas y de realizar el libre cambio en el interior del propio país. El sistema proteccionista, en sus orígenes, pugnaba por la fabricación de capitalistas en la metrópoli, más adelante se convierte en una necesidad transitoria, dentro de la lucha competitiva internacional. Pero sean cuales fueren sus motivos, las consecuencias son siempre las mismas. Pero, en general, el sistema proteccionista es, en nuestros días, conservador, mientras que el sistema del libre cambio es destructor. Corroe las viejas nacionalidades y lleva al extremo el antagonismo entre la burguesía y el proletariado. En una palabra, el sistema de la libertad de comercio acelera la revolución social. Y sólo en este sentido revolucionario, podemos votar a favor del libre cambio.
@alejandrodidomenica96262 күн бұрын
2) SEGUNDA CONTRIBUCIÓN DEL PARTIDO PROLETARIO REVOLUCIONARIO DE ARGENTINA (Argentina en la que hace ya por lo menos 15 años se violan los derechos humanos): El libre cambio, en el estado actual de la sociedad, es la libertad del capital. Cuando hayáis hecho desaparecer las pocas trabas nacionales que aún obstaculizan la marcha del capital, no habréis hecho más que concederle plena libertad de acción. Por favorables que sean las condiciones en que se haga el intercambio de una mercancía por otra, mientras subsistan las relaciones entre el trabajo asalariado y el capital, siempre existirán la clase de los explotadores y la clase de los explotados. Los librecambistas imaginan que un empleo más ventajoso del capital hará desaparecer el antagonismo entre los capitalistas industriales y los trabajadores asalariados. Por el contrario, ello no puede acarrear sino una manifestación aún más neta de la oposición entre estas dos clases. Admitid por un instante que no existen ya ni leyes cerealistas, ni aduanas, ni arbitrios municipales, en una palabra, que han desaparecido por completo todas las circunstancias accidentales que el obrero podía tomar aún como las causas de su situación miserable, y habréis desgarrado todos los velos que no le permitían ver a su verdadero enemigo. El obrero comprobará entonces que el capital, desembarazado de toda traba, le reporta no menos esclavitud que el capital coartado por los derechos de aduanas. En el siglo XIX, en Inglaterra, la derogación o abolición de las leyes cerealistas, de las leyes introducidas en provecho de los grandes terratenientes y que tenían por objeto limitar o prohibir la importación de cereales, fue el triunfo más grande del libre cambio y la victoria de la burguesía industrial inglesa, que había luchado contra estas leyes bajo la consigna de libre comercio, sobre la aristocracia agrícola inglesa, ya que con el establecimiento del libre cambio y la libre importación de materias primas, el beneficio industrial aumentaría en la misma proporción en que disminuyera la renta agrícola. En todos los países donde los fabricantes hablaban de libre cambio, tenían en cuenta principalmente el libre cambio del grano y de las materias primas en general. Durante la gran agitación que tuvo lugar en Inglaterra en pro de la abolición de las leyes cerealistas, los fabricantes ingleses no creyeron poder hacer frente a los propietarios de tierras sino poniendo por delante a los obreros. Pero como los intereses de los obreros no eran menos opuestos a los de los fabricantes que los intereses de los fabricantes a los de los propietarios de tierras, era natural que los fabricantes saliesen malparados en los mítines obreros. Veamos lo que los freetraders ingleses decían a los obreros de las fábricas: “Gravar con aranceles protectores el grano extranjero es una infamia, es especular con el hambre de los pueblos. El arancel de los cereales es un impuesto sobre el salario; este impuesto lo pagáis a los grandes terratenientes, a esos representantes de la aristocracia de la Edad Media; si vuestra situación es calamitosa, la causa estriba en la carestía de los artículos de primera necesidad.” A su vez, los obreros preguntaban a los fabricantes: “¿Cómo se explica que en el curso de los últimos treinta años, en los que nuestra industria ha alcanzado el mayor desarrollo, nuestro salario haya bajado en una proporción mucho mayor de lo que ha subido el precio de los cereales? El impuesto que, según afirmáis, pagamos a los propietarios del suelo, equivale para cada obrero a 3 peniques aproximadamente por semana. Y, sin embargo, el salario del tejedor manual ha descendido de 28 chelines por semana a 5 chelines en el periodo comprendido entre 1815 y 1843; y el salario del tejedor que trabaja en telares mecánicos ha sido reducido de 20 chelines semanales a 8 chelines entre los años 1823 y 1843. Durante todo ese tiempo, el impuesto que hemos pagado a los propietarios de la tierra no ha pasado nunca de los 3 peniques. Y en 1834, cuando el pan estaba muy barato y en la vida comercial reinaba gran animación, ¿que nos decíais? ¡Si sois desgraciados es porque tenéis demasiados hijos, porque vuestros matrimonios son más fecundos que vuestro oficio! Esto es lo que nos decías entonces, al mismo tiempo que promulgabais las nuevas leyes sobre los pobres y construías las Casas de Trabajo, esas bastillas de los proletarios.” A esto replicaban los fabricantes: “Tenéis razón, señores obreros; el salario no está determinado solamente por el precio de los cereales, sino también por la competencia entre los brazos que se ofrecen en demanda de trabajo. Pero fijaos bien en que nuestro suelo no se compone sino de rocas y arenales. ¡No iréis a pensar que se pueda cultivar trigo en macetas! Pues bien, si en lugar de dedicar nuestro capital y nuestro trabajo al laboreo de un suelo totalmente estéril, abandonásemos la agricultura para dedicarnos exclusivamente a la industria, toda Europa se vería obligada a cerrar sus fábricas e Inglaterra formaría una sola gran ciudad fabril, mientras el resto de Europa quedaría convertido en una provincia agrícola.” La lucha entre los liberales y los demócratas era en Inglaterra la lucha entre los freetraders y los cartistas. De todas las ciudades inglesas, en Bolton es donde más desarrollado estaba el radicalismo. Los obreros de Bolton eran conocidos como los revolucionarios más extremados. ¿Qué hicieron los fabricantes? Para cubrir las apariencias organizaron mítines en los que tomaban parte principalmente contramaestres, un pequeño número de obreros que les eran afectos y amigos del comercio propiamente dichos. Luego, cuando los verdaderos obreros intentaron, como ocurrió en Bolton y Mánchester, participar en los mítines para protestar contra estos actos públicos artificiales, se les prohibió la entrada so pretexto de que eran ticket-meeting (mítines en los que sólo se admite a quienes van provistos de billete de entrada). Pero en los carteles fijados en las paredes se había anunciado que los mítines eran públicos. Cada vez que se celebraban estos mítines, los periódicos de los fabricantes publicaban reseñas pomposas y detalladas de los discursos pronunciados en ellos. Ni que decir tiene que eran los contramaestres quienes pronunciaban esos discursos. Los periódicos londinenses los reproducían al pie de la letra. En uno de esos mítines un obrero exclamó: “¡Si los propietarios de la tierra vendiesen nuestros huesos, vosotros, los fabricantes, seriáis los primeros en comprarlos para echarlos a un molino de vapor y hacer con ellos harina!” Los obreros ingleses habían comprendido muy bien la significación de la lucha entre los propietarios del suelo y los capitalistas industriales. Sabían muy bien que se quería rebajar el precio del pan para rebajar el salario. Los obreros habían dado a entender a los freetraders que no estaban dispuestos a ser víctimas de sus ilusiones y de sus engaños, y si, a pesar de eso, se habían unido a ellos contra los propietarios de la tierra, había sido para destruir los últimos restos del feudalismo y para no tener que vérselas más que con un solo adversario o enemigo. Además, la mejor condición o la más favorable situación para el obrero es el crecimiento de la industria. Los obreros no se habían engañado en sus cálculos; porque los propietarios de la tierra, para vengarse de los fabricantes, han hecho luego causa común con los obreros a fin de conseguir la aprobación del bill de las 10 horas, que estos últimos venían demandando en vano desde hacía 30 años y que ha sido aprobado inmediatamente después de la abolición de las leyes cerealistas. Para la burguesía, el libre cambio engendra un género de “fraternidad” entre las diferentes clases de una misma nación. La “fraternidad” que el libre cambio establecería entre las diferentes naciones de la tierra no sería más fraternal. Designar con el nombre de “fraternidad universal” la explotación en su aspecto cosmopolita, es una idea que sólo podía nacer en el seno de la burguesía. Todos los fenómenos destructores suscitados por la libre concurrencia en el interior de un país se reproducen en proporciones más gigantescas en el mercado mundial. “Por ejemplo, se nos dice que el libre cambio hará nacer una división internacional del trabajo, determinando para cada país el género de producción que corresponda a sus ventajas naturales. Pensaréis, tal vez, que la producción de café y de azúcar es el destino natural de las Indias Occidentales. Hace dos siglos, la naturaleza, que apenas tiene que ver con el comercio, no había plantado allí ni el árbol del café ni la caña de azúcar. No pasará, tal vez, medio siglo y ya no encontraréis allí ni café ni azúcar, puesto que las Indias Orientales, gracias a su producción más barata, discuten ya con ventaja a las Indias Occidentales su pretendido destino natural. Y estas Indias Occidentales, con sus dones naturales, son ya para los ingleses una carga tan pesada como los tejedores de Dacca, que también estaban destinados, desde tiempos inmemoriales, a tejer a mano.” (Marx, 1848)
@y.a.d.89854 күн бұрын
Las palabras democracia, derechos humanos, libertad, igualdad siempre fueron paja que nos metieron en la cabeza para bajar muestras defensas y crear al individuo frágil, victimista, pesimista y débil que más le convenía al modelo neoliberal anglo.
@sandracas40754 күн бұрын
Es una Realidad. Lo de las dictaduras. Y como lo disfrasan de democracia.