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En un mundo que se enfrenta a desafíos ambientales sin precedentes, emerge un llamado a la reflexión y acción coherente a través de "Laudate Deum", un decálogo que se presenta como una síntesis reflexiva sobre la crisis climática que nos acoge. Este decálogo no solo destaca la falta de conciencia sobre la gravedad de la situación ambiental, sino que también apunta a la necesidad de respuestas significativas desde las esferas políticas nacionales e internacionales. Asimismo, subraya la disyuntiva moral y ética que enfrentamos como sociedad, al destacar la disparidad en la contribución y el impacto del cambio climático entre los ricos y los pobres, y entre diferentes sectores de la sociedad, incluyendo aquellos dentro de la Iglesia Católica.