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Representación de “Los árboles mueren de pie”, de Alejandro Casona, en el centro cultural Civivox de Iturrama el 12 de marzo de 2024.
Una adaptación de Mutis por el Foro, grupo de teatro universitario.
Dirección: Maria Domingo
Subdirección: Almudena Calle y María Pérez
Elenco:
Marta-Isabel: Marta de la Cerda
Director-Mauricio: Juan Miguel Botía
Abuela: Marisabel Díaz
Señor Balboa: Germán Beltramo
El Otro: Antonino González
Helena: Beatriz Sainz de Varanda
Felisa: Lucía García
Pastor-Noruego: Ignacio Ramella
Ilusionista: Luis Fernando Alonzo
Extras: Arantza Gauthier, Pedro de Arberas, Covadonga Suárez, Ana Rábade y Rafael Pérez-Araluce.
Adaptación y edición del texto: Maria Domingo y María Pérez.
Maquillaje y peluquería: Almudena Calle, Nahia Sánchez, Susana Hernández y Covadonga Suárez.
Diseño del cartel: Alba G. Tizón y Álex Muñoz.
Con la colaboración especial de Liuba Cid y el Campus Creativo de la Universidad de Navarra.
MÁS INFORMACIÓN:
¿Cuál es la obra escogida?
Los árboles mueren de pie, de Alejandro Casona, uno de los dramaturgos más versados de la literatura española. La historia trata el valor de la familia, el sabor agridulce de las mentiras piadosas y el poder de la ilusión y la verdad.
¿De qué va?
Una empresa se esconde en las sombras del mundo para realizar una labor muy peculiar: mantener las ilusiones de la gente a través del arte del engaño. Un día, el señor Balboa se presenta en la oficina y encomienda al director la misión de fingir ser su nieto para avivar la esperanza de su esposa Eugenia. El director, con la ayuda de Marta, una mujer a la que rescató del suicidio, acepta el encargo y se zambulle sin parpadear en la mentira piadosa. Pero no es fácil mantener las apariencias, y menos cuando entran en juego las propias emociones verdaderas y el remordimiento.
¿En qué se diferencia nuestra propuesta?
Hemos querido llevar a los escenarios una historia que llegue a cada espectador, y sabemos que "Los árboles mueren de pie" es, sin duda, una obra capaz de dejar poso. Es una apuesta distinta, humana, real. Con personajes complejos y atractivos que despiertan en el público sentimientos encontrados y dilemas morales. Una historia que hace justicia al propósito esencial del arte del teatro.
Hemos procurado que nuestra adaptación esté llena de delicadeza y profundo respeto a la persona, de modo que está abierta a todos los públicos. Es una obra familiar y amena, y a la vez, profunda y reflexiva; es decir, que cualquiera pueda verla y nadie queda indiferente.
Además del contenido, también destacamos en la forma. Nuestro equipo, tanto actores como directoras, está compuesto por estudiantes universitarios a tiempo completo; y no solo eso, sino que, pese a que la obra originalmente fuera pensada para representarse con un elenco español, hemos apostado por la internacionalidad y la diversidad. Por ejemplo, una de las protagonistas, pensada como mujer española, es ahora puertorriqueña, lo que ha supuesto cambios en el guion, caracterización y escenografía.