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Magnífico ejemplar canadiense de sobremesa. Es de la familia de las que utilizan un carro para el alojamiento del producto y para el desplazamiento del mecanismo. Hay numerosos modelos que funcional de forma similar, pero esta incorpora algunas modificaciones.
Nunca con anterioridad había visto una forma tan curiosa, es un bloque de madera triangular y es una tímida aproximación a lo que ahora se conoce como ergonomía. Se accede con mucha facilidad al alojamiento del tabaco y el carro se desplaza de modo natural, hacia abajo, muy bien pensado.
Al rodillo inferior, el que va debajo de la cinta, le han añadido una especie de suspensión. Esto hace que se adapte magníficamente a varias posibles cantidades de tabaco, haciendo en cada caso el cigarrillo más o menos grueso, nunca más o menos prensado, de forma automática, sin ajustes previos, revolucionario.
Por último, aparece de nuevo el humictador, un accesorio que había desaparecido de los diseños alrededor de 1930. Del modo mucho más simple incluyen una cinta de fieltro que "lame" de modo infalible el papel al mover el carro. El fabricante dice que una vez mojado, es capaz de hacer de 50 a 70 cigarrillos hasta que se seca; extraordinario.
La edad de la maquina rondará los años 50... Pero, como de costumbre, su fabricante ha desaparecido sin dejar rastro. Desde aquí mi pequeño homenaje.