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El Perdón
Todo ser humano busca amar y ser amado, pero ese amor muchas veces es lastimado, y su único remedio es el perdón. Por lo tanto, es imposible vivir el amor si no está acompañado del perdón, porque el perdón es expresión de amor. El pedir perdón y el perdonar son las únicas medicinas del alma, el cuerpo puede sanarse con medicamentos, pero el alma no.
El alma solo puede ser afectada por un elemento de su misma naturaleza, por eso es que el perdón es divino, porque solo lo vive aquel que ha reconocido la trascendencia, aquel que ha rebasado las barreras de lo material, para sumergirse en lo espiritual, porque esa persona ha entendido, que el perdonar, también es perdonarse a si mismo, porque todos hemos fallado alguna vez en la vida, (y nos hemos fallado a nosotros mismos), cargamos con culpas, todos hemos cometido errores, todo nos arrepentimos de algo. Por lo tanto, solo puede perdonar, aquel que ha decidido perdonarse asimismo, y en consecuencia, amarse asimismo.
Con esto no quiero justificar que podemos andar por la vida lastimando a otros, no, porque no es correcto y perjudica nuestra salvación, Jesús nos mandó a hacer el bien, a amar al prójimo, a construir un mundo de paz. Me refiero, a que en esta aventura de vivir la vida, muchas veces en nuestra inexperiencia y motivamos por las emociones del momento, no medimos el impacto que pueden tener nuestras palabras y nuestros actos. Pero una vez que las aguas vuelven a sus sitio, ya desde la calma; comenzamos a recapacitar en las consecuencias de nuestros actos, y muchas veces llagamos al arrepentimiento. Y como no es posible retroceder en el tiempo, nuestra única solución, es buscar la reconciliación.
El perdón también es expresión del amor propio, ya que no es compatible con el odio, el rencor o la venganza; el amor es libertad, el odio, solo es esclavitud y oscuridad. No es justo que te pases el corto tiempo de vida que Dios te ha dado, envenenándote con la semilla del odio y el rencor, porque ese veneno irá drenando tu vida poco a poco, hasta consumirla por completo. Entiendo que no es fácil, y más cuando el daño que nos han hecho es irreparable, pero cuando perdonas, no lo haces por la otra persona, lo haces para darte una nueva oportunidad, porque tienes dos opciones, o arruinarte la vida victimizándote porque otro te traicionó, te lastimó, o te destruyó, etc. (entregándole ingenuamente el poder de tu felicidad a otros que ya no están), o asumir tu parte de responsabilidad de lo que te ha pasado, y tomar la decisión de ponerte en pie y seguir hacia delante. La decisión es tuya. Una es para valientes, otra es para débiles. Yo sé que tomaras la mejor decisión, por ti, porque sé que te amas.
Si Jesús al pie de la cruz, perdonó a todos aquellos que lo crucificaron, quien soy yo para no perdonarlos, desde lo profundo de mi corazón, ‘TE PERDONO’ perdono a todos aquellos que, sin conocerme, y sin buscar la verdad, atentaron contra mí. Que el Dios todo poderoso les conceda su gracia, para que puedan seguirlo, y descubrir el inmenso amor que les quiere regalar. Amén.