Actos de gratitud: Oh Jesús, te doy rendidas gracias por los beneficios que me has dado. Yo no sabré nunca contarlos sino en el cielo, y allí te los agradeceré eternamente. Padre Celestial, te los agradezco por tu Santísimo Hijo Jesús. Espíritu Santo que me inspiráis estos sentimientos, a Ti sea dado todo honor y toda gloria. Jesús mío, te doy gracias sobre todo por haberme redimido. Por haberme hecho cristiano mediante el Bautismo, cuyas promesas renuevo. Por haberme dado por Madre a tu misma Madre. Por haberme dado un grande amor a tan tierna Madre. Por haberme dado por Protector a San José, tu Padre adoptivo. Por haberme dado al Ángel de mi Guarda. Por haberme conservado hasta ahora la vida para hacer penitencia. Por tener estos deseos de amarte y de vivir y morir en tu gracia. Actos de súplica: Te ruego, Jesús mío, que no me dejes, porque me perderé. Que persevere siempre en tu amor. Que estés siempre, cuando esté en peligro de pecar, y en la hora de mi muerte. Que no permitas que jamás me aparte de Tí. Que sepa padecer con resignación por Tí. Que no me preocupe sino de amarte. Que ame también a mis prójimos. Que ame mucho a los pecadores. Que ame mucho a los pobres y a los enfermos. Que ame mucho a las almas del Purgatorio. Que saque muchas almas del Purgatorio con mis obras, que te las ofrezco a este fin. Que ampares a tu Iglesia. Al Pontífice, tu Vicario visible en la tierra. A los Prelados y a los Sacerdotes. A los Religiosos y Religiosas. A los que mandan en tu nombre. A los que gobiernan nuestra nación A nuestra querida patria. A mis amados parientes y allegados. Que pagues a mis bienhechores Que favorezcas a los que ruegan por mí. Que bendigas a los que me miren con indiferencia y no me quieran. Que trabaje mucho por Ti hasta la muerte. Que me concedas una muerte santa. Que diga al morir: ¡Jesús, Jesús, Jesús! Que me lleves al cielo cuando muera. Amén. ORACIÓN FINAL Jesús mío, dame tu bendición antes de salir, y que el recuerdo de esta visita, que acabo de hacerte, persevere en mi memoria y me anime amarte más y más. Haz que cuando vuelva a visitarte, vuelva más santo. Aquí te dejo mi corazón para que te adore constantemente y lo hagas más agradable a tus divinos ojos. Adiós, Jesús mío.