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Y qué dice su amigo Alfonso de Ignacio?
"Les contaré unos retazos de la vida de Ignacio Larrañaga, algo que define su persona , lo que era, cómo sabía pasar unos ratos de esparcimiento . Una característica entrañable de su persona era la vertiente humana: el saber acercarse y convivir con los compañeros y amigos de carrera .
Ahí te van : Yo era dos cursos antes que él ; por tanto desde el Seminario de Alsasua ya nos conocíamos . Y de sacerdotes nos tocó vivir en el convento de San Antonio de Pamplona un tiempo.
Muchos jueves salíamos a andar en bicicleta por carreteras con dificultades , que era lo que a él le gustaba : el riesgo . El ciclismo era el deporte que más admiraba y seguía las grandes pruebas aún al final de su vida. Me solía decir, cuando nos reuníamos al pasar por México: dejemos de hablar de cosas transcendentes, cuéntame de deportes. Era un descanso para él.
Cuando iba a dar Ejercicios a Loyola nos citó varios años a compañeros que habíamos convivido con él en San Antonio el día que tenía libre para pasar el día juntos : Juan Miguel Mendía , Luis Elizalde , Javier Hualde y yo . Tenía mucho interés en saber todo lo que pasaba en la Provincia. Celebrábamos una comida agradabilísima y muy compartida. Recuerdo que una de las veces nos recibió en un bar de un monte cerca de Loyola tocando el acordeón en la terraza.
Otro detalle de compañerismo y rasgo fraterno: cuando yo vine a México tuvo la delicadeza de venir a pasar las Navidades aquí. Y como estaba también Javier Azcona pasábamos largas horas de la noche oyendo a los grandes cantantes y recitando versos. La vena artística de Larrañaga tenía que salir a flote. Estuvo un tiempo de organista en San Antonio de Pamplona y me tocó dirigir muchas veces a la Escolanía. Recordábamos cuando me decía: Que se abran al final las puertas de la iglesia y que se oigan las bombardas hasta el Monumento a los Caídos.
Otro detalle de humanidad y compañerismo. Difícilmente pasaba por México sin llamarme para ir a comer juntos y platicar. Recuerdo que al sentarnos a la mesa me dijo una de las veces: Alfonso,
Pide lo que quieras; toda la vida ando sólo por el mundo. Creo que al encontrarse con un compañero y amigo de toda la vida está justificado el que lo celebremos dejando un poco de lado el voto de pobreza.
Cuando estuvo dando unas charlas el año pasado cerca de Puebla me dijeron que me llamó para que fuera, pero ni siquiera me pudiera comunicar por teléfono porque no sabía el número. Yo salía para España de vacaciones a los dos días y ¡casualidad! Murió estando yo allí el día de mi cumpleaños".