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25/05/2023- Conferencia de Marta Cintas Peña y Leonardo García Sanjuán, Universidad de Sevilla.
Dada la ausencia de registros escritos, la principal fuente de información disponible para analizar las desigualdades de género en las primeras sociedades complejas es el propio cuerpo humano. Y, sin embargo, durante décadas, los arqueólogos han luchado con la identificación del sexo de los restos humanos mal conservados. Aquí presentamos un caso de estudio excepcional que muestra cómo nuevos métodos científicos innovadores pueden abordar este problema. A través de la recuperación de fragmentos de la proteína amelogenina sexualmente dimórfica en el esmalte dental mediante cromatografía líquida de nanoflujo-espectrometría de masas en tándem, establecemos que la persona socialmente más destacada de la Edad del Cobre Ibérica (c. 3200-2300 cal BC) no era un hombre, como se había pensado previamente, sino una mujer.
El meticuloso análisis antropológico, contextual y comparativo de una mujer descubierta en 2008 en Valencina, España, apodada “La marchanta de marfil por su asociación con notables objetos hechos de marfil, revela que era una figura social destacada y que en aquella época ningún hombre alcanzó una posición social remotamente comparable. La riqueza y pompa invertida en su entierro, que muestra todos los rasgos atribuidos a los 'Grandes Hombres' en la literatura antropológica, sólo es igualada por las inhumaciones realizadas en el vecino tholos de Montelirio, situado a escasos 100 m, que también incluían mayoritariamente mujeres.
Nuestros resultados invitan a reconsiderar las interpretaciones establecidas sobre el rol político de las mujeres en el inicio de la complejidad social temprana, al mismo tiempo que cuestionan las visiones del pasado tradicionalmente sostenidas. Además, el estudio anticipa los profundos cambios que los nuevos métodos científicos traerán a la arqueología prehistórica y al estudio de la evolución social humana.