El Alemán tiene una de las prosas más admirables que he conocido. No le escapa a las temáticas postergadas, por el contrario; reivindica constantemente el derecho al abordaje de tópicos cotidianos, reales, incómodos, crudos... Y sin embargo lo hace de forma que uno no se quede con la impresión amarga de que todo es en vano, que siempre vale el esfuerzo y la lucha. Gracias Gerardo, un gran abrazo desde Cosquín, Córdoba (Argentina).