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Hubo un tiempo en que Nokia era conocido como uno de los mayores gigantes de la tecnología que se había hecho un hueco en el mercado. Nokia se convirtió en uno de los fabricantes de teléfonos móviles de moda en los primeros días de su éxito. En octubre de 1998, Nokia era la marca de teléfonos móviles más vendida del mundo. En 2007, tenía el 50% de la cuota del mercado de la telefonía móvil. El liderazgo joven y enérgico de la empresa fue la razón de su amplia aceptación en el mercado de consumo. Al principio, la nueva tecnología, el afán de digitalización y la innovación también fueron algunas de las razones del éxito.
Los mayores desarrolladores de teléfonos inteligentes de la década de 1990, por desgracia, se encontró con algunos fracasos de Nokia que incluye la tasa de crecimiento excesivo, la pérdida de agilidad, y la falta de liderazgo innovador resultó en el fracaso de Nokia como la empresa en el nivel estratégico.
Sin embargo, en el año 2013, la misma empresa Nokia que estaba disfrutando de una cuota de mercado del 50% cayó a menos del 5% del mercado total. Este fue el momento en que la dirección, los accionistas y los clientes de la empresa temieron la quiebra de Nokia y el fracaso empresarial.
El declive de la marca Nokia en el sector de la telefonía móvil no puede explicarse con una única y sencilla respuesta: Las decisiones de la dirección, las estructuras organizativas disfuncionales, la creciente burocracia y las profundas rivalidades internas influyeron para que Nokia no reconociera el cambio de una competencia basada en productos a otra basada en plataformas.
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