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Tenemos una fuerte tendencia a olvidar lo que Dios hace a nuestro favor, en especial cuando estamos frente a una adversidad. En esos momentos nuestra mirada tiende a despedirse totalmente de nuestro objetivo (la promesa) y se fija en lo que no tenemos. Hoy hablaremos de la estación de escasez.
El Pueblo de Israel luego de salir de Mara donde Dios endulzo las aguas, fue llevado a una estación mejor, estuvo en Elim donde hubo más de lo esperaban. Allí había 12 fuentes de agua, ¡nada mal!, Adicional a eso setenta palmeras, ¿se te hace familiar esta estación? Es en algo así donde decimos: "Pudiera ser mejor, pero no me quejo". Sin embargo, aun de este tipo de estaciones Dios tiene que movernos, porque necesita seguir trabajando en nosotros, ayudándonos a conocerle más y limando las asperezas de nuestro corazón.