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Alas Para Ir, nace de una pequeña idea que crece, y se convierte en una construcción colectiva.
La necesidad de estos murales es estar con el otro, y tomar conciencia de ser parte de un todo mayor que el sí mismo. Actualizamos la idea de comunidad en cada proceso.
Cada mural es el producto de talleres y encuentros previos, cada pieza es construida por alguien para otro. Cada otro se une con otro, y eso nos llena de abundancia. El trabajo nos organiza y cada participante va encontrando su rol y aportando su don para el crecimiento y la realización de la obra final.
Una vez terminados los talleres, comienza el montaje y se avecinan los festejos. Se forman microcomunidades reunidas en torno a un mural donde cada uno participa naturalmente con lo que desea, con lo que mejor le sale o lo que se aprendió recientemente. Mi función es sólo de guía y asistencia. Cuando el mural está listo nos importa la celebración. Compartimos música, meriendas y fotos con las alas puestas. Hay fiesta, y en ella un tiempo distinto, un tiempo que no calcula, no se mide, simplemente se está enlazado con el otro, en comunidad.
Cada par de alas está coordinado por alguien que quiso ser el "embajador-coordinador" del proyecto en su comunidad y se encargó de difundir la idea y de convocar a su gente. Lo más hermoso de este proyecto son las vivencias y comenzar a crear un micromundo participativo alrededor de esta obra.
Alas para ir nace en 2013 en mi taller de Ramos Mejía y se comparte la idea como una semilla, para hacerla crecer entre todos. Al día de hoy hay 23 pares de alas de este proyecto repartidas en el país.
Para ir - mural fue declarado de interés cultural por la secretaría de cultura de La Matanza el 13 de noviembre de 2012 y por la intendencia de San Lorenzo, Santa Fé el 10 de noviembre de 2018.
Podés ver el registro de todas las alas construidas hasta el día de hoy en:
fb: Para ir-mural
IG #AlasParaIr
Creo en las ideas pequeñas que crecen y se expanden junto a otros.
Paulina Rucco.