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Puente que cruzas el río
nuestro río de Huelva
puente que miras al río
con esos ojos tan grandes.
Nos estamos refiriendo al puente de los Cinco Ojos, un puente que fue realizado en las primeras décadas del siglo XX sobre el río Odiel.
Para acceder a este puente tenemos que tomar la carretera N-435 que va en dirección a la Sierra, que llega hasta Badajoz. Pasados unos 5 ó 6 kilómetros de Zalamea la Real (Huelva) nos encontramos un bello y escarpado paisaje de miradores, curvas y más curvas con los ríos Tintillo y Odiel en el fondo. En la parte antigua de dicha carretera, en desuso desde que hace bastantes años se inaugurara el nuevo trazado de la citada carretera, se encuentra el puente de los Cinco Ojos.
Todo este lugar es conocido de varias formas: Paraje Puente de los Cinco Ojos, Zona “Puente de los Cinco Ojos” y Paraje de Juan Palomo, perteneciente al término municipal de El Campillo (Huelva), a pesar de la cercanía a Zalamea (en tiempos pretéritos El Campillo fue aldea de Zalamea la Real), y enclavado en la Cuenca Minera, una macroárea situada en el Andévalo oriental onubense.
Y en estos preciosos parajes, situados dentro de un gran sinclinorio carbonífero en el que afloran rocas volcánicas, sinclinorio con alto contenido mineralógico ligado a antiguos procesos de vulcanismo, resalta la belleza del río Odiel, que acaba de acoger las aguas del río Agrio o Tintillo, un afluente que recorre la Cuenca Minera, afectado por los lixiviados ácidos que se generan profundamente en las minas de sulfuros, explotadas sobre todo desde la segunda mitad del siglo XIX hasta finales del siglo XX.
Este río hace frontera entre términos municipales y comarcas. Así, la vertiente sur del Odiel, donde se sitúa el puente de los Cinco Ojos, pertenece al término municipal de El Campillo (Andévalo) y las tierras situadas al otro lado, corresponden al término municipal de Almonaster la Real (Sierra). Claramente se puede apreciar el cambio de paisaje, pasando de cerros aterrazados típicos del Andévalo a las primeras estribaciones serranas.
La intensa degradación medioambiental que ha venido sufriendo este área, con continuas deforestaciones motivadas por las necesidades de leña y matorral para la calcinación del mineral han tenido como consecuencia la total desaparición de la vegetación autóctona (principalmente quercíneas) en muchos parajes, a lo que se une su progresiva sustitución por especies foráneas de más rápido crecimiento, como el pino y el eucalipto. Un claro ejemplo es el gran dominio de masas forestales de eucaliptos que pueblan la margen izquierda del Odiel. Estos bosques se encuentran acompañados de una compleja masa de matorral entre los que destacan la jara, el brezo, el madroño y las aulagas.
En la cuneta de la carretera (N-435), muy cerca del puente de los Cinco Ojos, se puede observar dos fuentes muy próximas una de otra. Se denominan Fuentes del Chorrito o Fuentes del Puente de los Cinco Ojos, a 317 metros de altitud; el manantial fue descubierto cuando se realizaron las obras de la citada carretera, en el tramo conocido como “Las curvas del río”.
El puente de los Cinco Ojos da inicio a la ruta de los molinos. Desde este punto y hasta Sotiel Coronada (Calañas), las márgenes del río Odiel presentan los restos de veinticuatro molinos harineros y un batán.
Hoy día este puente sólo es transitado o visitado por nostálgicos, senderistas y por aquellos que optan por las fuertes emociones del puenting.