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El proyecto Ni una gota más de agua sucia al Lago de Atitlán eliminará el ingreso de las aguas negras y residuales que provienen de los 15 municipios de la cuenca, que son la principal razón del proceso de degradación y contaminación del Lago, y el deterioro de la salud de sus habitantes.
Las aguas residuales que ingresan al Lago de Atitlán producen efectos nocivos para la salud humana de los habitantes de la cuenca, quiénes utilizan esa misma agua para beber o en su uso diario. Los efectos de esto pueden verse en el aumento constante de casos de desnutrición crónica en niños menores de 5 años provocados, en su mayoría, por la mala calidad del agua que ingieren.