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A raíz de un caso de abuso y violencia policial en la ciudad de Magdalena, a un ex alumno de nuestra escuela, nuestra investigación partirá de pensar y registrar algunos casos, y trabajar desde allí con los sentimientos y las marcas que quedan. ¿Qué le pasa a ese joven en ese momento? ¿Y en los momentos posteriores? Sin dejar de lado las complicidades que se generan en torno a eso, no pensado como un hecho aislado, sino entendiéndolo como algo sistemático, y en conjunto con otras dependencias.
Trabajo realizado en el marco del proyecto de Jóvenes y Memoria por chicos y chicas de la escuela secundaria de La Viruta de 2do, 3ro y 6to año. Participando las materias de Practicas del Lenguaje, Plástica y Teatro. Agradecemos la edición del vídeo a Vanesa Carbajal.
Poesía del video: Perseguidos, y la vida sostenida por un hilo.
¿y quién nos ayuda? LA POLICIA ¿Quién nos protege? LA POLICIA ¿Pero quién nos persigue? LA POLICIA ¿Pero quién nos cuida? ¿La policía? ¿Y hacia dónde escapamos? ¿Qué hacemos cuando el que nos cuida nos traiciona? Lo más inesperado te puede pasar en los lugares más oscuros.
Dos por dos y el rectángulo la única luz de esperanza y las gotas de agua que cortaban el silencio que ahogaba y los pasos del comisario que rondaban los pasillos de las celdas y las horas como arena en el desierto y la soledad que se hace cargo de mí.
Pero en este mundo que la inocencia te valga, aunque aún tengas esperanza. Firmá, firmá, firmá! gritaba el comisario. Quiero leer, quiero leer, quiero leer.
Que mi inocencia valga.
Y en mi mente suena una canción “entre rejas se ha alejado de su gente él preso está con un lápiz y un pedazo de papel … “
Tristeza, angustia y el dolor en mi pecho donde la noche es más noche y destruye la mentira que quieren hacer pasar por verdad.
Yo no fui, yo no hice nada, ¿por qué yo señor policía? TENGO DERECHO A DECLARAR. Yo no fui, yo no hice nada. Soy inocente. Pero que la inocencia me valga.
Seis noches, con sus seis días esto está a punto de consumirme. Golpes, gritos, insultos, y las lágrimas contenidas que inevitablemente rozaban mis mejillas.
Hay manos inesperadas que se extienden en los lugares más terribles y oscuros. Asesinos, transas, ladrones los peores fueron los mejores.
Acá adentro no estaba solo, ¿y ahí afuera?, ¿habrá alguien que me busque, ¿sabrán lo que me pasó?
Y un día llegó la libertad del cuerpo, pero no del alma. Cicatrices mutando en miedo y frustración.
La policía me soltó para entregarme a la justicia, un nuevo camino de persecución.
QUE MI INOCENCIA ¡SI VALGA!