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La llamada crisis del ladrillo dejó a Francisco Cueria sin trabajo. Delineante de profesión, este joven trabajó durante años en Oviedo hasta que se quedó sin empleo. Animado por los suyos, decidió abrir una quesería en Tanes, pequeño núcleo rural del concejo de Caso del que descienden sus padres.
Hoy este joven se ha convertido en uno de los pocos productores de uno de los quesos más populares de la región. Su quesería, situada frente al embalse, atrae a clientes y turistas cuyo paso por Tanes ha conseguido animar la vida de un pueblo con vistas al pantano.