Rabino David Hanono Rompe todo lo que puedas

[@susanataboada842]

Gracias por esta enseñanza ! El ETERNO lo bendiga grandemente.

[@lilianagomezrodriguez5527]

Gracias por esta enseñanza Rabbi, aprrndi muchisiml de tu clase y la impottancia de confiar siempre que todo viene de Hashem !!

[@gladyscastro3778]

Gracias por esta enseñanza. Mi nueva meta cambiar mi carácter. Debemos ser mejores cada día.

[@zelmabarny6]

Ufff cuanto aprendo con estas enseñanzas que da el Rab. Abundantes bendiciones para tu vida familia y Todo Israel 💙🇮🇱💙

[@teresabarrera250]

Gracias por las porras ☹️

[@LightningJenyZentenoCastaneda]

Que su confianza en Dios sea la más grande siempre, Sr. Rabino: Es cosa fácil sentirse agredido por las demás personas que también se encuentran de mal humor y no están dispuestas a ser agradables con los demás. Hoy en día todas las personas somos muy sensibles y somos propensos a sentirnos humillados, ofendidos, atacados, y lastimados sin razón por aquellos que son más cercanos a nosotros. Esto es debido a que provenimos de otras oportunidades de vida en las cuales hemos sido heridos y no supimos perdonar como es debido, es por eso que la Ley de Dios nos pide que no guardemos resentimiento contra nuestros hermanos. Este mandamiento es algo que tenemos que tener muy presente para evitar guardar rencor a los que nos dañan y evitar el peor de los casos que es llegarlos a odiar. Cuando eres agredido sólo una vez es fácil perdonar, pero cuando la agresión se repite continuadamente es aparentemente imposible no sentirse lastimado por esas acciones en nuestra contra que consideramos injustas. Pero la Ley de Dios nos ordena que lo aparentemente imposible, que es la capacidad de perdonar, es decir no sentirse ofendido, humillado, ni resentido por la agresión que los demás nos hacen es totalmente posible de realizar. Hay muchas maneras de conseguir esto:

[@LightningJenyZentenoCastaneda]

1. Proponernos nosotros mismos en nuestro ser interno no guardar rencor ni odio en contra de las personas que nos dañan. Esto en cada momento que lo recordemos, porque las personas que nos dañan también nos agreden porque no están muy bien por dentro; pues no se dan cuenta que deben dejar de desquitarse con los demás por todas las cosas negativas que les ocurrieron; es decir que no aceptan que todas aquellas cosas negativas que les acontecieron en sus vidas en realidad fueron Castigo Divino, y como no lo supieron reconocer consideran que la Justicia de Dios no fue más que pura injusticia y una muestra de la falta de amor departe de Dios hacia ellas. Así actuamos todos nosotros cuando no aceptamos que Dios es Juez y como tal nos pone a juicio y nos da castigos y bendiciones. Es fácil agradecer por las bendiciones, pero es difícil amar la Justicia de Dios, la cual es la que más debemos amar sobre todas las cosas, porque él así nos corrige y nos hace entender la gravedad de nuestra mala conducta, es decir nuestra transgresión a alguna de sus Leyes. Dios es el Rey de la Creación, por lo tanto ha establecido Leyes que debemos de cumplir para bien nuestro y de todos en la Creación. Si no cumplimos con las Leyes de Dios, estamos diciendo que Dios tiene Leyes injustas, es decir que no sabe manejar su Creación, es decir que no tiene sabiduría ni entendimiento; también decimos que Dios no nos ama pues nos pone Leyes que no podemos cumplir por que no son correctas para nosotros, esto es grave porque estamos juzgando que Dios no ama a todos o a parte de su Creación; también estamos diciendo que Dios no debe Regir sobre nosotros, pues no sabe dar Leyes justas; también declaramos que no le podemos amar porque él es malo con nosotros porque nos pone castigos por no cumplir sus Leyes que nos parecen injustas, de modo que afirmamos que el Creador no desea que seamos felices y por lo tanto nos odia; en conclusión vivimos resentidos en contra del Creador y nos revelamos contra él no aceptando sus justos castigos o correcciones cuando hemos transgredido alguna de sus Justas Leyes. La clave para no guardar resentimiento en contra del Creador es reconocer que debemos aceptar sumisos sus castigos y esperar suplicándole siempre que nos perdone, que nos enseñe y nos salve, para que podamos crecer y desarrollarnos espiritualmente; lo que significa llegar a ser personas con gran dominio propio, capaces de cumplir y entender fielmente las Leyes de Dios, y ser personas repletas de amor hacia el Creador y al resto de la Creación, y entendidos completamente de la Ley de Dios. Es una gran bendición ser corregido por Dios, pues Salomón lo dice: 'Dios a quien ama castiga como el padre al hijo a quien quiere'.

[@LightningJenyZentenoCastaneda]

2. Debemos orar constantemente a Dios para que nos ayude a conseguir tener autocontrol frente a las situaciones difíciles y delicadas, para que podamos comprender que quienes nos están agrediendo están dañados por dentro, y que nosotros también lo estamos, pero que con ayuda de Dios podemos llegar a curarnos, al aprender a perdonar, es decir dejar de sentir resentimiento o rencor u odio por aquellos que nos dañan. Esto significa que debemos pedirle a Dios que nos ayude a bajar la cabeza ante las demás personas hirientes o agresivas, y ceder nuestros derechos de tener en alto nuestra dignidad, y no entrar en conflicto con ellas, sino aceptar que ahora nuestra honra será dejar la disputa, y nuestro honor dar la espalda y salir con la cabeza en alto, aunque la otra persona nos aviente a nuestras espaldas ollas y platos. Y en otro momento, es mejor amenazar a esa persona con el hecho de que hemos decidido terminar relaciones con ella, si es que no está dispuesta a dialogar con decencia y honorablemente, sin gritar. Y es claro que muchas veces esta persona no cederá en su posición y querrá hacernos sentir como que los culpables somos nosotros; en ese caso no hay más que hablar, si nosotros consideramos que realmente somos culpables, disculparnos; pero si sabemos que no es así, lo mejor es distanciarse definitivamente; pues la actitud de inculparnos injustamente es una forma de manipulación. Y nadie nació para ser manipulado por ninguno. La persona que trata de manipular a los demás tiene que reconocer que tiene un problema que debe de superar aceptando su responsabilidad en el problema.

[@LightningJenyZentenoCastaneda]

3. Sabiendo que está en nosotros el querer tener dominio propio en las situaciones difíciles de la vida, y que debemos de orar a Dios para que nos ayude a conseguir que se haga posible nuestra voluntad de esforzarnos de mantenernos calmados ante las agresiones de los demás; nos hará personas con agradable carácter.

[@LightningJenyZentenoCastaneda]

4. Debemos aprender a amarnos a nosotros mismos; a aprender que si las personas que más queremos nos dañan o quieren hacerlo, generalmente por medio de la manipulación, o la agresión verbal o física; debemos de aprender a cortar relaciones y desearles todo lo mejor. Es difícil renunciar a quien amas, pero es lo mejor que podemos llegar a hacer cuando nuestra integridad, honor, y dignidad se ven dañadas. Es bueno apartarse de las personas que te causan dolor, pues ellas necesitan aprender que deben valorar a las personas que tienen a su lado para no perderlas, y a veces eso tiene que ser aprendido debido a un distanciamiento. Es bueno, decir: Yo no voy a seguir manteniendo las mismas relaciones con esta persona que me daña; la perdono, pero mi trato con esta persona será distinto. Y hacer esto será beneficioso para nosotros como para la otra persona, la cual debe de enterarse del motivo por el cual guardamos distancia con ellas. A veces, la persona que nos daña es nuestra pareja, y en ese caso si no cambia, es bueno terminar amigablemente sin guardar resentimiento, rencor ni odio, si hacemos esto Dios nos emparejará con una persona que nos valore y no nos dañe. Pero, si rompemos relaciones, con gritos y maldiciones, entonces lo más probable es que nuestra siguiente pareja tampoco nos valore. Lo recomendable es amar a la persona de la cual nos distanciamos como si se tratase de una hermana, es decir un ser cercano al que le deseamos el bien siempre; es así que nos será más fácil seguir adelante. Y siempre debemos de recordar que tras una ruptura amorosa ya no hay marcha atrás; sería abominable ante las Leyes de Dios apartarse por un tiempo de tu pareja, para 'prostituirte' con otros, pensando luego en que es posible volver a estar con ella. Ante Dios no existe el distanciamiento por un tiempo para pensarlo mejor o para saber que tanta falta te hace tu pareja en tu vida; pues siempre uno va a encontrar a alguien en su soledad, y dirá: Estuve distanciada; no fue traición.

[@LightningJenyZentenoCastaneda]

5. En un principio, Dios nos hizo con una pareja determinada para cada uno de nosotros, pero vio que habría problemas, y decidió que habríamos más mujeres que hombres, y siguieron habiendo problemas y determinó que las parejas no seríamos fijas, es decir que te puedes casar con una, y luego divorciarte si no funciona, o en el caso menos esperado que enviudes y te cases con otra. Con todos estos casos aprendemos que ya no existe, y desde un principio dejó de existir la pareja destinada para uno, aquella que nació para cada uno de nosotros. Y estamos seguros de eso, pues hay más mujeres que hombres. De modo que si uno quiere conservar a la pareja a su lado tiene que esforzarse en caerle en gracia, y agradarle en todo momento, es decir vivir pensando en lo que a tu pareja le agrada que hagas, y esto es lo más bello y agradable de hacer, pues es una gran muestra de amor, es la más grande muestra de amor. Y también, para conservar a tu pareja, debes desearle todo lo bueno, y ayudarle a crecer espiritualmente, y apoyarlo en todo momento. Cuando tienes una pareja, ya no sólo tienes que pensar en ti egoístamente, sino que tienes que vivir pendiente de tu pareja, y este debe de llegar a ser tu mejor amigo, de tal modo que debes de apartarte de tus anteriores amistades, pues ya no existe el caso de amigas íntimas cuando ya tienes marido, pues hay muchas amigas íntimas que han arrebatado el marido. Y si tienes muchas mujeres, pues lo mejor es que entre ellas se lleven bien y bien se quieran y se deseen todo lo mejor unas a otras, para no llegar al caso de Janá y Peniná.