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Autor: Antonio Miranda
La Virgen de La Tirana es conocida en todo el mundo cristiano. Con su mensaje atravesó los mares y cruzó las montañas.
En países muy lejanos se escucha hablar de leyendas. De un pueblo, donde el desierto florece perdido en la soledad y que a mediados de Julio, con un sol de primavera, se junta para danzar a su reina: "La Tirana", la Virgen del Desierto.
La Leyenda de La Tirana y de su milagrosa Virgen comenzó a gestarse en los albores de 1535 cuando Diego de Almagro salió del Cuzco y a la Conquista de Chile. Lo acompañaban quinientos cincuenta españoles y alrededor de diez mil indios peruanos.
Iban también dos hombres importantes: Paulino Tupac, príncipe de la familia de los Incas y Huillac Huma, último Sumo Sacerdote del extinguido culto al Dios Sol.
Ambos eran tratados en forma deferente por los españoles y estaban destinados a pagar con la vida si se producía conato de rebelión entre los indios que formaban parte de la expedición.
Vinieron también secretamente, muy camuflados en las filas, un cierto número de "Wilkas" o capitanes experimentados de los antiguos ejércitos imperiales Incas y un grupo de sacerdotes, quienes bajo su aparente humildad y sumisión esperaban sólo el momento oportuno para vengarse.